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Mi Plaza Soñada VII
Escrito por Tutor

Esa misma tarde Jacinta y Mauro, quedaron en el bosque, alejados de los riesgos de ser vistos por los padres de Jacinta o la madre de Mauro… como cualquier pareja joven eran fogosos y llenos de curiosidad…El muchacho todavía recordaba la sensación de ver y escuchar como Jacinta era azotada por su madre y como su verga había reaccionado al castigo…la muchacha estaba temerosa, por nada del mundo podía perder su virginidad, eso era pecado, y sus padres la matarían…así que cuando Mauro le propuso bañarse desnudos en el río fue reacia ¡desnudos no Mauro!

Pero mujer si lo hacemos vestidos la ropa se mojará y será peor…te prometo que no haremos nada pecaminoso…poco a poco, ante la insistencia de su novio la muchacha fue cediendo y finalmente aceptó con la condición de que el no mirara.

El joven aceptó y la acompaño a detrás de unos matorrales, mientras él se desnudaba en unos árboles cercanos. Jacinta se estaba desarrollando muy bien y ya tenía unos pechos que, aunque no muy grandes, eran firmes y redondos como dos naranjas. Su culo era redondo y cada vez más duro, quizás fruto del “entrenamiento” constante al que lo sometía su madre con sus constantes castigos. Con mucha precaución se fue quitando la ropa y doblándola para que no volase o se manchase…Mauro, aunque le había dicho que no miraría, no le quitaba el ojo y se estaba empalmando con la visión de su novia en cueros…nada más ver la ligera mata de pelo que la muchacha tenía entre las piernas no pudo evitar una polución espontánea…¡ufff!

Cuando la muchacha ya estaba completamente desnuda le dijo a Mauro que a la de tres se tirarían al agua…de acuerdo respondió el muchacho

Uno

Dos

Y tres…

Y ambos salieron corriendo y se tiraron al agua…generando un gran estruendo y muchas salpicaduras…

Ambos rieron y se abrazaron. Comenzaron a besarse con pasión y a meterse mano debajo del agua. Mauro estaba dichoso, no sabía que parte tocar, manosear, pellizcar…era todo hiperactividad…Jacinta en cambio estaba más comedida, más alerta por si pasaba alguien y comenzaba a estar molesta con la impetuosidad de Mauro…así siguieron por un buen rato hasta que, fruto de uno de esos pellizcos de Mauro en los pezones, la muchacha reaccionó instintivamente con una bofetada…ambos se quedaron parados, sorprendidos por la acción de la muchacha…en un momento dado Mauro reaccionó y tomó el camino de la orilla sin mediar palabra y visiblemente enfadado…

Jacinta se quedó helada

Perdóname, cariño, perdón Mauro, yo no quería, fue sin querer…

Pero el muchacho no respondía y comenzó a vestirse…

La muchacha salió corriendo del agua sin importarle estar completamente desnuda…perdóname, no te enfades conmigo por favor…yo no quería…no sé qué me pasó…es que estabas muy sobón…

¿Cómo? Exclamó Mauro visiblemente más enfadado

No, no quería decir eso…Jo, no te enfades

Como no me voy a enfadar, si me has dado una bofetada y me has llamado sobón…

Tienes razón, perdóname, cariño…no lo volveré a hacer

Si fueras mi mujer ya verías lo que es bueno…

Jacinta desnuda y completamente empapada sintió que deseaba cederle ese control a Mauro y le dijo

Si quieres castigarme hazlo, me lo merezco…

La cara del muchacho cambió por completo…muy bien pues ahora verás lo que ocurre cuando abofeteas a tu hombre, dijo muy ufano. Agarró a Jacinta por la muñeca y la llevó hasta una piedra, donde él se sentó y obligó a la muchacha a tumbarse sobre el…

La muchacha se dejaba hacer, era la primera vez que su novio iba a castigarla y la sola idea ya la tenía excitada…Mauro comenzó a azotarle el trasero con torpeza, los golpes eran de fuerza desigual y muy atropellados, la excitación de la muchacha fue dando paso a una sensación extraña, entre el dolor por algunos golpes que caían en hueso y la falta de erotismo en dicho castigo…el novio tampoco estaba disfrutando del momento como el pensaba…a diferencia de la excitación que sintió cuando los castigó Carmen, ahora no sentía nada…

En ese instante salió de entre los árboles Lucía, que había ido al rio a lavar ropa y, alertada por el estruendo del chapoteo cuando habían entrado en el agua, había estado todo el tiempo espiando la situación…¡muchacho eres un bruto y un impaciente! Dijo la joven criada ante la sorpresa de la pareja de novios…

Lucía, Lucia, yo…balbuceaba Jacinta…

Tranquila, he visto toda la escena y no le diré nada a tu madre…ni a la tuya tampoco Mauro

Uffff ambos jóvenes respiraron

Lucía que ya empezaba a ser una experta en azotes de los castigos que recibía de Martín decidió aconsejar a los jóvenes tortolitos…

Si queréis yo os enseño a que los azotes, además de duros y dolorosos, sean placenteros…

Los dos muchachos se miraron de manera cómplice y accedieron…

Antes de nada debo hacer una cosa…y acto seguido Lucía se metió la mano por debajo de la falda y con una mueca de molestia, se sacó un dedo de jengibre que llevaba en el culo…la joven pareja la miraba atónita…se fue al río y lo lavo durante un pequeño instante…luego volvió al lugar donde estaba sentado mauro y le dijo ¿me permites?

Ella se sentó en lugar del muchacho y le dijo a Jacinta que volviera a ponerse sobre el regazo de ella…la muchacha obedeció y la joven criada le dijo:

Te voy a meter un dedo de jengibre en el culo, pero solo para enseñaros cómo funciona el castigo, después me lo tienes que devolver, porque como llegue sin el a casa del doctor me espera una buena paliza.

Jacinta no sabía que decir, pero la curiosidad era tal, que se dejó hacer…con una suave presión fue introduciendo el jengibre en el ano de la muchacha y cuanto más entraba, más dura se ponía la verga de Mauro…

La muchacha resoplaba con el jengibre dentro, el picor y el ardor comenzó rápidamente por efecto del agua fría del rio. Lucía comenzó a acariciar las nalgas de la chiquilla mientras le decía al muchacho ¡ves Mauro, no hay que ser bruto, hay que alternar azotes con caricias, con roces! La excitación en la pareja de novios comenzó a regresar poco a poco…

Plas

Plas

Plas

Los azotes deben ir de menos a más…siguió explicando la joven criada

Plas

Plas

Plas

Plas

Siempre en las zonas blandas del culo, más cerca de la parte de las piernas que no de la espalda…

Mauro estaba completamente empalmado y Jacinta comenzaba a sentir dolor…pero también placer…

Plas

Plas

Plas

Plas

Plas

El ano ardiendo, el culo rojo y dolorido y la entrepierna empapada, eso sí era lo que esperaba Jacinta…

De repente Lucía le dijo a Mauro que ocupara su lugar, agarró con cuidado a la desnuda Jacinta y la movió para que Mauro fuera ahora su azotador… el muchacho siguió al pie de la letra las enseñanzas de la criada y poco a poco ambos, Mauro y Jacinta, Jacinta y Mauro, se fueron excitando hasta límites insospechados…

Plas

Plas

Plas

Plas

Plas

Los muchachos ya no se acordaban del porqué de los azotes, tan sólo estaban enfrascados en un deleite de dolor y placer…

Así siguieron durante un buen rato, mientras Lucía les hacía correcciones, hasta que llegó el instante donde Mauro no pudo aguantar más y se derramó sobre sus pantalones…Jacinta se echó a reír y le dijo ¡eso te pasa por ponerte la ropa jajajaja!

PLAS

PLAS

PLAS

PLAS

Ayyyyyyyyy

El chico le propino cuatro azotes adicionales que hicieron aullar a la muchacha…esta se levantó toda mohína y refunfuñaba ¡no es justo, yo no he tenido placer!

Psssss ven aquí le dijo Lucía quien con una mano agarró el jengibre y comenzó a moverlo en su trasero y con la otra hábilmente jugueteaba con su clítoris y sus labios vaginales…en menos de un minuto se escuchó un ¡Virgen santaaaaa! Y la muchacha se corrió con sumo placer…ante la miraba viciosa de su novio…

Pasados unos instantes Lucía le dijo ¡anda devuélveme lo que es mío! Y la muchacha muy coqueta se dobló con el culo en pompa para que la criada le pudiera quitar el jengibre…

Blop!!!! sonó al sacarlo y nuevamente volvió al rio para lavarlo, esta vez le acompañó Jacinta y tras limpiarlo bien le preguntó a Lucía ¿me dejas que te lo ponga?

Bueno vale, pero con cuidado no me hagas daño…Lucía se levantó la falda y la muchacha se quedó absorta mirando las marcas en las nalgas que tenía Lucía, fruto de los continuos castigos que recibía por parte de Martín

¿te duele mucho? Preguntó la muchacha

El doctor es duro castigando, pero el placer al final es mayor que el dolor, te acabas acostumbrando y resulta muy placentero…Dicho lo cual separó sus nalgas para facilitar que la joven le pudiera introducir el dedo de jengibre…

Uffffff resopló la criada, mientras meneaba el trasero que volvía a notar el ardor del dichoso extraño elemento…

¿puedo? Le pregunto Jacinta mientras apoyaba su mano sobre las nalgas de la criada

Puedes, respondió ella

PLAS,

PLAS

Dos sonores azotes cayeron en el trasero expuesto de la joven…

Jacinta sonrió…era la primera vez que azotaba a alguien…y no le había disgustado…

En ese instante Lucía se incorporó y se despidió de la joven pareja ya que tenía que volver a la casa…

Ambos le agradecieron la ayuda y los consejos, se despidieron, Jacinta le limpió como pudo el pantalón a Mauro, se vistió y emprendieron el camino de regreso a casa, sabiendo que no a mucho tardar regresarían al rio…

Mientras esto ocurría martin había regresado a su casa donde le esperaba su amigo Peter. Éste le contó sus andanzas con Pilar, algo que le creó sentimientos contrapuestos, por un lado se alegraba por su amigo, pero por otro esperaba haber sido él el que desvirgara a su joven criada…pero como a falta de pan buenas son tortas que dice el refrán…decidió aprovechar la situación e hizo venir a Pilar…

La joven se acercó toda temerosa y el joven doctor le dijo

Vaya a la consulta, desnúdese y túmbese en la camilla boca arriba, voy a comprobar el trabajo de mi amigo…

La cara de la joven se encendió como una bombilla, estaba tan avergonzada y humillada que no era capaz de moverse…

PLAS

PLAS

Los azotes de Peter diciéndole venga va…la despertaron de su letargo

Y la muchacha se dirigió como un zombi hacia la estancia…

Cuando Martin y Peter llegaron a la consulta Pilar estaba desnuda boca arriba. Los dos jóvenes doctores la examinaron sin pudor para mayor vergüenza de la muchacha…El anfitrión se mostró complacido por el trabajo realizado con la navaja por su invitado…¡un trabajo muy fino sí señor! Exclamó

Gracias, es usted muy amable, me ha llevado mi tiempo replicó con sorna el inglés…

Mientras ellos hablaban la joven criada no sabía que pensar, Martin era su jefe y le gustaba mucho, pero Peter la había poseído esa mañana y había sido maravilloso…y ahora hablaban de ella como un objeto…estaba totalmente confusa…

De repente Martin se dirigió a ella

Me hubiera gustado haber sido yo el primero Pilar…pero me alegro que, de no haber sido yo, haya sido Peter…el me acaba de pedir que te deje irte con el cómo su criada, es algo que me apena, pero también creo que será bueno para ti ¿estás de acuerdo?

Yo, yo…y que pasará con usted, con mis padres…

Tranquila, yo si necesito otra criada la buscaré y por tus padres no te preocupes…en ese momento interrumpió Peter, les haremos llegar una parte de tu paga todos los meses…

¿Aceptas? Serás mi criada “personal”

El tono con el que Peter había dicho “personal” terminó de convencer a Pilar que se mostró exultante…

Magnifico exclamó Martín, pero antes tendrás que pagar un peaje querida niña, dijo mientras cruzaba la mirada con Peter…

Adelante indicó el inglés

¿peaje, que peaje, a que se refiere?

Mi amigo se ha llevado tu virginidad y tú eras de mi propiedad, así que es justo que yo me lleve la virginidad de tu culo, aunque ya esté un poco cedido por el jengibre…

Pilar abrió los ojos con incredulidad, pero antes de poder reaccionar, el joven doctor la volteó y tiró de ella hacia el lado corto de la camilla, dejando que sus piernas colgaran y el culo quedara expuesto…

Martín se desabrochó el pantalón…cogió un poco de manteca de cacao, la untó en el ano de la muchacha y agarrando sus caderas la enculó con mucha fuerza…

AGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG

Un grito sofocado mientras mordía la sábana de la camilla salió de su garganta…las lágrimas comenzaron a brotar mientras Peter la miraba con cierta ternura…Martin se empleó a fondo, embistió y embistió haciendo que la muchacha sintiera cada embestida…esto no era el jengibre ni un dedo…realmente la estaba abriendo con su polla y su esfínter lo estaba notando…El doctor disfrutó de la sensación de dominio que le daba la sodomización de la joven…ésta hubiera preferido cien azotes…pero a medida que pasaba el tiempo y las embestidas su culo se fue acostumbrando al miembro y ya no ofrecía resistencia…al cabo de unos instantes se corrió dentro de su culo y ella noto el calor del líquido que la inundaba…

Martin sacó su verga y de su ano comenzó a salir una mezcla de semen y sangre…Pilar sudaba, lloraba y jadeaba…

¿te encargas tu? Le pregunto a su amigo inglés y Peter asintió…

Cogió una toalla, la limpió, la acarició y le dijo…tranquila pequeña…te irás acostumbrando y te encantará…él estaba en su derecho ¿lo sabes verdad?

Pilar asintió con la cabeza…sabía que Martín la apreciaba y la rudeza con la que la había sodomizado era por la frustración de perderla…en el fondo se sintió halagada…

Peter la ayudo a vestirse y la acompañó a su cuarto…allí la desnudó con cuidado y le puso una crema en su dañado culo…no te muevas hasta la cena…vendré a buscarte…

Mientras tanto en el pueblo, Don Luis, el cura, se cruzó con Amalia, ella hizo ademán de pasar de largo, pero el viejo sacerdote muy hábilmente le cortó el paso…

Buenas tardes, Amalia, ¿Qué es de tu vida?

Ajetreada Don Luis, usted ya sabe, entre la tasca y mi hijo…

Ya veo, ya, hace mas de un mes que no pasas confesión…

No será tanto señor!!!

Lo es hija mía, lo es…porque no te pasas ahora por la iglesia y así purgas tus pecados…

¿ahora? Es que…

Es que nada…acompáñame anda…

Amalia se resignó pues sabía que no tenía escapatoria… el sacerdote conocía a todo el pueblo desde niños, pues llevaba ahí mas de cuarenta años…y era de sobra conocida su fascinación por la penitencia…sobre todo la femenina…no había mujer en los alrededores que no hubiera sido azotada por el anciano cura en algún momento, a veces incluso había realizado penitencias comunitarias, impartiendo severos correazos a varias mujeres al mismo tiempo en la catequesis, todas puestas de rodillas en el reclinatorio y con sus traseros en pompa…

Las penitencias de Don Luis eran muy famosas porque de joven había estado de misionero en Sudamérica y de allí se había traído una especie de látigo, mas parecido a una correa, con tres tiras de cuero como de medio metro con un mango de cuerda muy bien trabajado con nudos ornamentales que facilitaba el agarre… el cura era muy diestro en su manejo y, aunque los castigos los impartía sobre la ropa, para mantener la decencia, el picor y dolor de los correazos era muy elevado…siempre costaba sentarse después de la penitencia…

Amalia era como un corderito camino del matadero, sabía que confesara lo que confesara iba a recibir una tunda, así que trato de minimizar el impacto y cuando comenzó la confesión empezó a decir banalidades…

Ave María Purísima

Sin pecado concebida…

De que te arrepientes hija mía

He mentido, he sido remolona, he tardado en confesarme…

Bien, muy bien hija mía

He gritado a mi hijo, he maldecido …y ya está padre

¿Ya está? Mira que Dios lo ve todo…

Si Padre, ya está…

¿Estas completamente segura? El viejo era muy astuto y después de tantos años sabía como poner nerviosas a sus feligresas para que “cantasen”…

Bueno, verá Padre, yo…yo…

Si hija mía

¡¡¡¡Yo he tenido tocamientos con un hombre!!!!!

¿¿¿¿¿¿has fornicado sin estar casada?????

No, no señor…contestó Amalia rápidamente intentando disimular la mentira que estaba diciendo…

Don Luis era conocedor del uso que daba Don Anselmo, el alcalde, al cuerpo de la muchacha, así que se imaginó que se estaba refiriendo a él…

Muy bien dijo Don Luis levantándose y dirigiéndose a la puerta de la iglesia para cerrarla con el cerrojo.

Espéreme aquí que voy a buscar el instrumento de su penitencia…

Amalia suspiró resignada…

Don Luis regresó con su famosa correa y le indicó que se arrodillara en el reclinatorio. Una vez estuvo en posición el anciano sacerdote comenzó con su liturgia de azotes

Zas

Zas

Ayyyy cada azote era peor que el anterior, las nalgas le ardían

Zas

Zas

Zas

Zas

Mujer descarriada… incitar a un hombre al lenocinio

Zas

Zas

Zas

Así aprenderás…

Zas

Zas

Zas

Ayyy Don Luis perdóneme…duele mucho

Zas

Zas

Zas

Zas

Haberlo pensado antes…además si por ti fuera no te confesabas

Zas

Zas

toma

Zas

Zas

toma

Zas

Zas

Y toma

Zas

Zas

Espero que te haya servido la lección, ya puedes rezar dos padrenuestros y tres avemarías

Si, si señor dijo Amalia mientras se frotaba el dolorido trasero y se enjuagaba las lagrimas de los ojos… ¡realmente el viejo golpeaba con saña!

Acabados los rezos, ella se incorporó, el cura la beso en la frente y le dio la absolución…ella se dirigió a la puerta y al abrirla vio como la gente la miraba y se reía por lo bajo, todo el mundo sabía que cuando Don Luis cerraba la iglesia, alguien estaba siendo castigado…Así que Amalia, con toda la dignidad que podía, puesto que el trasero le dolía horrores, se dirigió a su casa…

Cual fue su sorpresa cuando al llegar estaba esperándola Don Anselmo…

¿de dónde vienes?

Es que me tropecé con Don Luis y me he tenido que confesar…

Ja, Ja, Ja… comenzó a reírse el viejo alcalde, anda pasa para dentro y déjame ver como te ha dejado el pandero…empujándola la doblo sobre una mesa de la tasca que estaba cerrada…le levanto la falda y le abrió la enagua…las nalgas estaban marcadas por anchas rayas de color rojizo…¡hay que reconocer que el señor cura sabe lo que hace, ja,ja,ja…!

Ven para acá que necesito vaciarme…y moviéndose hacia la parte de delante de la mesa le agarró del pelo y tirando de ella le acercó la boca a su entrepierna, la soltó para abrirse la bragueta y sacar su gorda y vieja verga, que saltó como un resorte…se la metió en la boca a la pobre viuda que aguantó como pudo las arcadas, puesto que se la metió bien hasta el fondo…ella chupaba como podía la verga del alcalde y cuando este consideró que era suficiente regresó a la parte posterior de la mesa, colocándose entre las piernas de Amalia y, apoyando la verga en su coño, se la metió muy despacio, tan despacio que, en el silencio de la tasca, parecía sonar el deslizar de la verga empapada en saliva por los labios del coño de la viuda…

Ufff resopló Amalia que iba notando como la penetraba centímetro a centímetro…cuando por fin llegó al final, el choque del cuerpo de Don Anselmo con las nalgas de la buena mujer, le recordó lo castigado que tenía el trasero, ese dolor encendió mas su excitación, su coño comenzó a empaparse mas si cabe y la polla del alcalde comenzó a deslizarse cada vez mas y más…dentro… fuera… dentro… fuera… dentro… fuera…

Y así empujón tras empujón, ambos se fueron excitando…cada vez más, cada vez mas rápido, cada vez más acelerado…hasta que…

¡la madre que te trajooooo….! Grito el alcalde mientras se vaciaba en sus entrañas que le apretaban la polla fruto de los espasmos de sus propios orgasmos…

Joder que guarra te has vuelta le soltó Don Anselmo mientras le retiraba la verga del coño…

Es que usted me vuelve loquito señor alcalde, le dijo ella pícaramente…aunque en el fondo le desagradaba considerablemente, pero una viuda como ella sabía que necesitaba tener contento al alcalde…aun a sabiendas que eso significaba tener que pagar estos “peajes”…

Continuará…


Licencia de Creative Commons

Mi Plaza Soñada VII es un relato escrito por Tutor publicado el 09-05-2024 16:25:36 y bajo licencia de Creative Commons.

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