Tiempo estimado de lectura de 7 a 9 minutos

VENGANZA AL VIOLADOR. FEMDOM. HELENA Y CARMEN. CAP 4
Escrito por sumisso

Aquella noche pude dormir algo, aunque de forma incomoda sobre el duro suelo del sótano. Desperté al escuchar el sonido de la puerta. Mis captoras regresaban de nuevo, ya era por la mañana. Cerraron la puerta y se acercaron hasta mí.

- Antes de liberarte vamos a darte unas instrucciones precisas - .Era el día de mi liberación, ese día volvería Carolina tras pasar un fin de semana en casa de su mejor amiga a las afueras de la ciudad.

Ambas mujeres comenzaron de nuevo a enfundarse sus inseparables guantes de goma. La basura como yo solo la tocaban con guantes de goma, nunca me tocaban con sus manos desnudas. Me colocaron de rodillas frente a ellas sujeto por el pelo. Sus tirones de cabello eran bestiales, denotaban su rabia e ira hacia mí sujetando mi pelo entre su guante. Una lágrima se me escapaba cada vez que lo hacían. Me dieron sus instrucciones mirándome fijamente sujeto por el pelo.

- Se acabó cualquier tipo de mujer en tu vida. No vas a volver a hacer daño a ninguna mujer más. – Helena tras indicarme su instrucción, me abofeteó de derecha a izquierda de forma muy severa, impactando su guante en mi cara.

PLAAAAAAAAAAAAAFFFFFFFFFFFFF PLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAFFFFF la goma de su guante me abofeteó con gran dureza.

Se acercó Carmen hasta mí y fue la siguiente en darme nuevas instrucciones. Aquellas nuevas instrucciones no iban a gustarme nada en absoluto.

- Cuando te llamemos, vendrás enseguida. Podremos llamarte cuando nos plazca…. Si no acudes….. difundiremos todos los videos y fotografías a todos tus contactos. ¿Has entendido, estúpido? – Debería tener mucho cuidado si aquellos videos se difundían sería mi fin. En mi agenda tenía más de 500 contactos. Gente importante y socios de mi padre. Aquello sería la ruina para ambos. Dejarían de trabajar con nosotros y seriamos el hazmerreír.

PLAAAAAAAAAFFFFF PLAAAAAAAAAAAAAFFFF

Dos nuevos bofetadas impactaron en mi cara. La goma del guante de la señora Carmen se estrelló en mi cara por partida doble.

- ¿Te he preguntado si lo has entendido? - PLAAAAAAAAAAFFFF PLAAAAAAAAAAAAAAF. Me abofeteó de nuevo bruscamente.

Afirmé con la cabeza que lo había entendido. La señora esperaba que asintiese con la cara tras su pregunta.

- Vas a aprender a tratar a las mujeres….. el único sexo que vas a tener será proveniente de las pollas de goma de nuestro arnés.¡¡ Llevaras el culo bien abierto ¡¡- PLAAAAAAAFFFFFFF PLAAAAAAAAAF continuó abofeteándome con una dureza tremenda.

Ambas mujeres continuaban dictándome normas y abofeteándome en la cara una y otra vez. Tenía la cara completamente roja con la marca de los granulados de la palma de sus guantes en mi rostro. Continuaban humillándome e informándome de las normas que debería de aceptar a partir de hoy. Estaba seguro que una vez saliese por la puerta no iba a obedecer ninguna de sus normas. Sus bofetadas continuaban, recibí un número incontable de bofetadas. Odiaba aquellos guantes de goma que usaban y se estrellaban en mi cara una y otra vez.

Tras abofetearme durante un largo periodo de tiempo mientras me dictaban cada uno de sus normas, de las cuales no presté atención, comenzaron a estrellar la punta de sus botas de goma en mis testículos. Me propinaron patadas en mis huevos muy dolorosas.

- Esto es lo único para lo que vas a necesitar tus huevos a partir de hoy…. Para que nosotras los pateemos – Una nueva patada proveniente de la bota de goma de Carmen se estrelló en mis huevos provocándome un dolor insoportable. Ambas mujeres se destornillaban de risa mientras me abofeteaban y me pateaban los huevos.

Llegó el momento tan esperado y ansiado para mí. Comenzaron a liberarme de la cadena que anudaba mi cuello a la pared. Posteriormente las esposas y las cuerdas de los pies. Una vez libre, agarré mi ropa del suelo y salí corriendo a toda velocidad del sótano. Me encontré que la puerta estaba cerrada con llave, giré la cabeza y observé como Helena sujetaba las llaves entre la punta de sus guantes y me las mostraba con burla.

- ¿Las quieres ?... ven a por ellas – Me acerqué de forma miedosa manteniendo la distancia entre ella y yo. Llevaban razón, había perdido toda mi chulería y arrogancia.

- Si quieres las llaves, abre las piernas – Me ordenó la señora. No me gustaba la idea, pero no había otra opción, abrí muy a pesar mío las piernas y estrelló una patada brutal con su bota en mis testículos. Agarré las llaves y retorcido de dolor casi sin poder andar, me dirigí hacia la puerta de salida. Las señoras reían a carcajadas observándome como huía despavorido sin apenas poder andar por el dolor de mis testículos y mi ano completamente abierto.

Unas semanas después…..


No volví a saber nada de aquellas dos mujeres durante varias semanas. Pensé que se habían olvidado de mí. Ya había recibido mi castigo. Yo no me interpondría en su camino, ni ellas en el mío. Los nervios y el terror de saber si enviarían los videos a mis contactos ya había desaparecido. Volvía a ser el de antes de conocer a aquellas mujeres. Ya me había olvidado de ellas cuando recibí un mensaje de un teléfono que desconocía.

“Mañana estarás en nuestra casa a las 6 en punto, retrásate un solo minuto y enviaremos los videos “– Me enfadé por completo, pensaba que se habían olvidado de mí. No tenía más remedio que acudir a su encuentro. Quizás si las sobornaba con dinero me dejarían tranquilo. Pensaba llevar una buena suma de dinero en efectivo al día siguiente a nuestro encuentro. Estaba seguro que se olvidarían de mí aceptando el dinero.

Acudí a la hora indicada. Las señoras me abrieron la puerta. Ellas sonrieran mirándome fijamente mientras yo estaba enfadado ante su presencia, no quería estar allí. Agaché la mirada y comprobé que llevaban puestas sus botas de goma que utilizaban para bajar al sótano húmedo.

- Acompañaos imbécil, ya conoces el camino - . Me ordenaron que las siguiese hasta el sótano de la casa. Caminaba tras de ellas indicándolas que no era necesario bajar al sótano, todo lo íbamos a solucionar con dinero. Ellas no me prestaban atención, continuaban caminando. Llegamos al sótano y abrieron la puerta. Observé que estaba algo diferente el sótano, habían realizado algunos cambios.

Al fondo del sótano estaba la gruesa cadena que habían sujetado a mi collar de animal. Seguía en su sitio, pero estaba anclada a la pared por una argolla mucho más resistente y gruesa de metal pesado.

- Desnúdate y colocaré al fondo del sótano junto a la cadena – Me ordenó la señora Carmen. Yo seguía insistiéndolas que no era necesario.

- Tomar este fajo de billetes, no es necesario – Las intenté sobornar enseñándolas una gran cantidad de dinero.

- ¡¡ No te lo vuelvo a repetir…. Desnúdate y colocaré junto a la cadena ¡¡ - Me reprochó Helena levantando su tono de voz enojado.

Empecé a desnudarme mientras continuaba insistiendo que no era necesario volver a llegar a aquella situación. Las señoras continuaban haciendo caso omiso a mis quejas y suplicas. Sacaron sus guantes de goma de su bolsillo y empezaron a enfundárselos en sus manos. Empecé a ponerme nervioso, no causaba efecto mi soborno.

- Lo siento señoras…. Las he obedecido…. He cumplido todas sus normas- Algo que era completamente mentira. Trataba de disuadirlas nervioso.

La madre de Carolina y su abuela continuaron haciendo caso omiso a mi soborno, suplicas…. Una vez me desnudé obediente, comenzaron a colocarme el grueso collar de animal en mi cuello para anclarlo a la cadena por un candado grueso.

Carmen comenzó a esposar mis manos a la espalda. Cerró las esposas a mi espalda terriblemente apretadas. Ahhhhhhh volví a recordar como apretaban aquellas esposas de metal.

- Colocaré junto a este hierro – Me indicó la señora. Me di cuenta que había un nuevo hierro anclado en el suelo. Desconocía su utilidad, era muy extraño. Era un hierro metálico en forma vertical de varios centímetros que terminaba en una anilla. Al colocarme en cuclillas sobre el hierro comprobé que mis testículos se introducían en el aro y esté se cerraba girando la rosca, poco a poco iba apretando cada vez más mis huevos. Mis posibilidades de persuasión empezaban a terminarse, cada vez estaba más inmovilizado. Esposado, encadenado y ahora mis huevos dentro de un cepo anclado al suelo.

La señora Carmen se aseguró que el hierro quedaba bien apretado a mis testículos dejándolos aprisionados. No podía moverme además de las cadenas y esposas el hierro saliente atenazaba mis testículos al suelo. La señora Helena agarró un pañal de bebe y se acercó hasta mí.

- Ya conoces que pasará si manchas el pañal….. te romperé el culo a varazos…. - Me recrimino haciéndome recordar mi última experiencia. Quedé completamente inmovilizado en el sótano y esta vez de una forma más restringida debido a los retoques que habían realizado en el sótano .Habían modificado la argolla de la pared, era más gruesa, el cepo metálico anclado al suelo y cadenas más resistentes. Era imposible pudiese liberarme de allí por mí mismo. Continué insistiendo desesperadamente mi liberación, incluso aumenté la cantidad de dinero a ofrecerlas. Ellas continuaron sin prestar atención a mis suplicas y sobornos.

- No has cumplido ninguna de nuestras instrucciones…¿ crees que no te vigilaríamos?…. Tendremos que ser más estrictas contigo esta vez - La señora se inclinó y comenzó a girar más la tuerca que aprisionaba mis testículos. Empecé a notar una fuerte presión, AAAAAHHHHHHHHHHHH

La abuela Carmen se bajó sus bragas Y las agarró en su mano enguantada. Sonrió y observé como estaban tremendamente sucias llenas de manchas marrones y amarillas. Mucho más sucias que la última vez. Apestaban.

- Las he llevado especialmente para ti los últimos días….ha sido un poco desagradable pero merecerá la pena – se acercó a mí y las introdujo en mi boca mientras agarraba un rollo de cinta americana de color gris. La señora Helena cerró más el cepo quedando mis testículos completamente aprisionados produciéndome un fuerte dolor. Ahora ya no podía quejarme con mi mordaza en la boca que apestaba.

- Como ves hemos realizado algunos pequeños cambios….. Este cepo es mucho más efectivo… puedo apretarlo de tal forma que cada segundo de tu estancia aquí sea un infierno ……y no lo dudes que lo voy a hacer. En esta posición será mucho más fácil para nosotras poder penetrarte con nuestro arnés. – Estaba muy asustado, la situación para mi había empeorado mucho, eran mucho más crueles y sádicas. Intenté retorcer, escapar, liberarme o gritar pero era absurdo, habían planeado todo a conciencia.

- Ohhhhhh deja de intentar escapar…. No vas a poder….. y la mordaza no te la vamos a quitar salvo para comer…. Ya sabes que vas a comer….. Puré con nuestros deshechos ….. pero esta vez tenemos un artilugio más efectivo - La señora me mostró un abre bocas metálico. Lo abrió entre sus dedos enguantados y me lo mostró.

Ambas mujeres comenzaron a reírse, se miraron la una a la otra riendo a carcajadas.

- Esta vez no vas a ensuciar todo escupiendo….. va a ser mucho más sencillo… mantendrás la boca bien abierta y tragaras…. y tragaras… y tragarás una y otra vez…. Ya te ayudaremos introduciendo nuestros guantes hasta tu garganta….JAJAJA – Continuaron riéndose como dos auténticas brujas.

Intentaba escapar de forma absurda de mi inmovilización y mi mordaza, ya era tarde. No había vuelta atrás.

- Ahora viene lo mejor…. Tenemos una gran sorpresa para ti. Esta vez Carolina no se ha ido solo un fin de semana a casa de su amiga, ¡esta vez se ha ido toda una semana¡. Todavía no se ha recuperado de todo el daño que la hiciste. ¡¡ Tu vas a pasar toda la semana aquí encerrado¡¡… nadie te va a escuchar ni vas a poder escapar. - . Quedé aterrado por su nuevo comentario, una semana era excesivo.

La señora Helena agarró el fajo de billetes con la que había intentado sobornarlas. Empezó a contarlo entre sus manos enguantadas, era una suma de dinero muy grande.

- A partir de ahora vas a pagar en dinero por todas las molestias que estamos tomando en tu educación. Esto cubrirá tu estancia esta semana – Comenzó a reírse a carcajadas guardando el dinero en su escote.

- ¿ Qué te parece querida, si compramos unas botellas del vino que tanto nos gusta con su dinero y luego borrachas bajamos a follar al estúpido para divertirnos?… - Indicó Carmen a su hija Helena.

- Ohhhh estoy deseándolo….Es una gran idea. Apretaremos el cepo un par de vueltas más en sus huevos para que aprenda lo que es el dolor y le follaremos una y otra vez hasta que nos plazca…. Podemos pasar una noche muy divertida bebiendo y follando al estúpido - Contestó a su madre.

Ambas mujeres se encaminaron hasta la puerta de salida. Mi infierno había comenzado.

- En un par de horas regresaremos con las botellas de vino que tan amablemente vas a pagar… y follaremos tu culo con nuestro arnés… tenemos toda la noche por delante…. JAJAJAJA – Me recriminó la Madre de Carolina.

La abuela Carmen se giró antes de abandonar el sótano donde me encontraba encerrado, atado y amordazado y añadió su comentario para producirme terror:


- Ya sabes que sucederá si manchas tu pañal….. tengo una nueva caña de abedul que te romperá el culo….. esta vez me encargaré yo de que aprendas a no volver a ensuciarte encima, JAJAJA.- Ambas mujeres se marcharon riéndose del sótano.

Debía aceptar que no iba a ser posible volver a mi vida anterior, donde era una persona detestable que humillaba a las mujeres a mi antojo y disfrute. Aquellas dos mujeres iban a convertirme en un hombre hecho y derecho. Me vigilarían constantemente y me castigarían como desearan.

Aquello me llevo a ser una mejor persona, me convertí en el esclavo de aquellas dos mujeres siempre a su servicio y todo el daño que produje a Carolina lo pagué con creces.


FIN.

Para cualquier comentario: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.


Licencia de Creative Commons

VENGANZA AL VIOLADOR. FEMDOM. HELENA Y CARMEN. CAP 4 es un relato escrito por sumisso publicado el 10-12-2023 13:48:54 y bajo licencia de Creative Commons.

Ver todos los relatos de sumisso

 

 

1 No me gusta0
PARTICIPA!! Escribe tu opinión

MÁS RELATOS

 Culos enrojecidos III
 Escrito por Erothica90

 Esclavo de mi mujer y mi suegra 3
 Escrito por sumisso

 historia de una sumisa 6
 Escrito por joaquín

 Situación límite
 Escrito por Zorra de Diego



   ACCESO USUARIOS

   
   
   
   BÚSQUEDA AVANZADA