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La isla de Goree (IV)
Escrito por Corocota

Tirado en el suelo, boca abajo, desnudo, tus tobillos encadenados con grilletes en el charco que has hecho con tu propia orina. Tus rodillas siguen abiertas tal y como te han obligado a permanecer a patadas, exponiendo humillantemente tu pene y testículos, que ahora sientes revolcándose por el suelo polvoriento, como el resto de tu cuerpo, sucio y caliente. Tus brazos continúan estirados por encima de tu cabeza, engrilletadas y unidos por un eslabón, sintiendo el placer de ir recuperando poco a poco el tacto, la circulación.
Te acaban de soltar de la argolla de la pared donde expuesto permanecías esperando, no sabes a qué. Al soltarte te has desmoronado agotado, creías que podías aguantar mejor que las esclavas y esclavos que viste al entrar en Le Maison Des Esclaves, pero no contabas con la crueldad y dolor de la tortura, en tus fantasías imaginarios de esclavitud y sumisión que estas haciendo reales.
¡AAAh! Sientes en tu sucio y pringoso culo las miles de picaduras de un azote de cuerdas de esparto lleno de nudos, todo tu cuerpo se estremece, agitado y sobresaltado levantas la cabeza, es la negra del tanga y sujetador de tiras de cuero, con su coño afeitado y tetas al aire, recogiendo y retorciendo las colas en un gesto de odio mientras dice algo que no entiendes en un idioma africano. Antes de darle el placer de darte otro latigazo en tu culo, o donde sea de tu cuerpo desnudo, te incorporas a toda prisa. Escuece y no puedes tocártelo con tus muñecas engrilletadas delante, ella mientras sigue murmurando palabras que se adivinan claramente de odio en la mueca de rabia de su cara. Consigues ponerte de pie ante ella, mirada al suelo en señal de respeto y sumisión, manos disimuladamente cubriendo tu polla y huevos, sintiendo vergüenza, tratando de protegerte del siguiente latigazo, sucio del aceite pringoso que cubre tu cuerpo y ahora a ayudado a que al revolcarte por el suelo se te pegue la tierra a tu cuerpo, te sientes sucio y entiendes perfectamente el gesto de asco en la mirada de tu captora. Con un latigazo en el hombro que te alcanza a la mitad de la espalda prácticamente te empuja a subir por la escalera, cosa que haces sin pensarlo, temeroso, no te atreves a girarte a mirarla, pero sabes que va detrás tuya. La cadena que une tus tobillos va rozando los escalones gastados, es fácil imaginar todas las cadenas que han rozado esos escalones a lo largo de los años. Subes y subes y sientes otro latigazo en tu culo, que te estremece por sorpresa y de poco te hace tropezar, la estás obedeciendo y no hay motivo de castigo, solo lo ha hecho por placer, por ver agitarse tu cuerpo desnudo. Es una sádica cruel que disfruta sometiendo y torturando, y llegas frente a una galería de amarillo desteñido del sol, suelo de madera, puertas entreabiertas y ventanas sin marco, indefenso a sus torturas y crueldad. Una esclava sale de una de las puertas del extremo derecho, manos engrilletadas detrás, de un sonoro latigazo en la espalda, sus tetas, sonrosadas a latigazos, se agitan obscenamente. La reconoces, estaba en el mismo grupo con el que has llegado a la isla, ahora lleva el pubis depilado claramente excitada, te ve, te mira, con claro gesto obsceno, deseando que la penetres ardiente de excitacion y otro latigazola obliga a girar en sentido contrario, hacia unas oscuras escaleras al final de la galería.
Ahora me toca a mi. Me indican que entre por una de las puertas, donde me está esperando una esclava, desnuda, con sus grilletes y collar pero con unas cicatrices en forma de “M” en el culo y teta izquierda que no sabes qué significan,que está tocando o haciendo algo en un aparador que hay pegado a la pared, junto a un armario. En el centro de la habitación me aguarda una mesa con diversas anillas en los costados, un par de cubos bajo esta y todo muy bien iluminado por un ventanal abierto que deja entrar la brisa del mar y el sonido de los turistas que deambulan en el exterior. Soy empujado a tumbarme, boca arriba, manos sobre la cabeza rápidamente anilladas por los grilletes quedando mis piernas colgando por las rodillas por el otro extremo. La esclava, firme y segura de sí misma me mete una esponja en la boca que me impide articular sonido alguno y me sujeta con firmeza una máscara a la cara que me impide expulsar la esponja y ver. Solo puedo respirar, y oler, oír lo que van diciendo de mi y sentir lo que quiera que vayan a hacer.
Con dos barras de hierro mantienen separadas mis piernas ofreciendo mi pene y testiculos, me encadenan los grilletes de los tobillos a la parte inferior y quedó completamente indefenso.

-¿Tengo que castrar a este cerdo ama?
-No, no hacen falta más eunucos, y en el burdel o haciendo exhibiciones podemos ganar más dinero, además, siempre viene bien un semental
-¿Entonces que quieres que haga con el?
-Rasúrale el pubis y las pelotas como al resto y ábrele el culo con lubricante, a las hembras hay que ponerles el dispositivo intrauterino para que no se queden preñadas y evitar líos legales con los bastardos que tendríamos después. A este no vamos a librarle de la humillación y la sensación de ser violado. En adelante sabrá que también vamos a utilizar su culo y que no es una violación ya que es de su amo.
Notas como la esclava con toda confianza va extendiendo espuma por toda tu entrepierna, cogiendo tu polla, y moviendo lo que crees por el tacto es una maquinilla de afeitar, minuciosa y segura de si misma, por todos los rincones, repasando pacientemente. Tu polla se pone dura y firme con el contacto y el roce, y ella lo nota apretándola.
Te repasa la piel con alguna clase de loción que puedes oler y sin aviso puedes notar su lengua en tu glande. Te está saboreando. Sube y baja la piel de tu polla, notas el calor de su boca y su saliva chupandotela. Juega a introducírsela por la garganta y vuelve a empezar. Sumisamente tu solo puedes sentir lo que te hace, ahora mismo eres un juguete sexual en sus manos y no tienes ni la opción de consentir ni de negarte. Se la saca de la boca y notas como va tratando de introducir lentamente algo duro en tu ano. Esta lubricado pero te parece enorme, nunca nada había entrado en esa parte de tu cuerpo, solo salido. Notas como tus tripas se mueven... Ooh es la degradable sensación de una diarrea, te está introduciendo algún líquido en tus intestinos y sientes como se mueven. Arg, por favor, que presión, y tu culo taponado aguantando más y más el flujo de esa manguera. No puedes más, pero tampoco puedes sacarlo, humillantemente tratas de retenerlo pero es demasiado y sin aviso te saca lo que sea que tenías metido en el culo.
Por vergüenza tratas de contenerlo pero es imposible, lo sueltas en un generoso chorro que oyes retumbar en un cubo y puedes oler una fragancia a jabón que inunda la estáncia.
Otra vez, otra vez.. aaah, sueltas más de ese líquido jabonoso con el que te ha limpiado los intestinos. Aah, otra vez y parece que ya, ya no tienes más, y así te quedas, con tus piernas abiertas, polla y huevos rasurados, si. Saber quien te está mirando.
Se vuelve a acercar. Más lubricante en mi año, ahora lo lleva entre las piernas ya que puedes sentir sus caderas cuando te penetra, Aah! Simultáneamente te masturba y chupa tu polla ¿Seguro que la esclava está sola? Más y más, sin prisa, disfrutando de tu polla. Es una sensación total, tienes los sentidos anulados y solo puedes concentrarte en lo que está pasando entre tus piernas. Es tan intensa la sensación que no puedes prever la generosa corrida que explota en la boca de quien te la estaba chupando, momento en el cual termina todo.
Notas como se van, notas como vuelven. Te sueltan las piernas sin limpiarte, te sueltan las muñecas y puedes incorporarte. Fuera máscara, escupes la esponja y piensas en todas las bocas que habrá conocido. Estás mareado, aturdido, mientras te libera los grilletes de los tobillos de la mesa para volver a unirlos vas recuperándote.
Arriba, de un latigazo te baja de la mesa para salir de la sala de exploración, ahora sabes que no hay límites sexuales, que nadie quedara preñada por más que te corras en lo más profundo de su vagina y que eso de la violación no existe entre animales, solo es copular.
Te saca a la galería y te indica que bajes por las escaleras,a la mazmorra, donde hombres y mujeres son encerrados sin supervisión, a la espera de ser utilizados, torturados, sometidos, nadie sabe de qué manera.


Licencia de Creative Commons

La isla de Goree (IV) es un relato escrito por Corocota publicado el 04-07-2023 00:36:17 y bajo licencia de Creative Commons.

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