Tiempo estimado de lectura de 8 a 10 minutos

Femdonia.La novia de Pedro(II)
Escrito por Slipper

Sería bueno leer la primera parte de este relato, pero no creo que sea imprescinbible.

Nos levantamos temprano como le gusta a Pepi, yo me dispuse a preparar el desayuno y pude ver en la cocina a mi Ama en bata y zapatillas mirando por la ventana de la cocina, estaba como ausente, entonces mientras las tostadas se hacían, me acerqué a ella por detrás, y con todo el tacto del mundo la abracé por detrás y le dije.

-¿Qué le preocupa a mi Ama?

Ella ronroneó un poco, se dejó sobar mientras me decía que no le pasaba nada, que me ocupara que de que no se me quemaran las tostadas por la cuenta que me traía.

Yo le besé el cuello, le acaricié suavemente sus pechos, pegué mi paquete a su culo, y finalmente le susurré al oído.

-Lo que diga mi Ama.

-Voy a llamar a éste, que como tarde mucho lo voy a levantar a punta de zapatilla.- Dijo mi Ama refiriéndose a su hijo.

El pobre Pedro no tardó nada en levantarse, y nada más hacerlo nos saludó muy educadamente, se notaba que estaba bien enseñado, pero su madre seguía disgustada con él y eso se notaba en el ambiente.

En cuanto nos sentamos los tres en la mesa para desayunar mi Señora empezó diciéndole a su hijo.

-Anoche hablé con Carmen, y le dije que hoy quería hablar con su hija, le dije más o menos de qué se trataba, y ella me dijo que sin ningún problema… ¿estamos?

-Si mamá.

-Ahora voy a hablar con Lola, y le voy a decir claro lo que quiero, ah, y le voy a preguntar claramente si ella está interesada en ti.

-...

Un silencio clamoroso se adueñó de la estancia, Pedro hubiera preferido decirle a su madre que eso era cosa de la chica y de él mismo, pero después de la paliza de la tarde anterior, y del ambiente tan tenso que había, el chico no se atrevió a decir nada, pero aquello no arredró a su madre, todo lo contrario.

-Pero no pienses que le voy a ocultar a Lola lo que vi ayer tarde, le voy a contar todo lo que pasó, con pelos y señales y que ella haga lo que tenga que hacer.

-Mamá, pero yo creo que lo de ayer no…

-Tú no crees nada, le voy a decir lo que le tenga que decir y pobre de ti como me dejes en ridículo, te juro que te “eslomo” allí mismo delante de ella.

-Mamá, y no crees que sería mejor que eso lo habláramos nosotros?

-¿Cómo?... me estás cuestionando otra vez? PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

El guantazo que se sacó Pepi de la nada volvió la cara de su hijo y le dejó la cara como un tomate, tanto por el golpe como por la humillación, además se quedó mirándolo fijamente, y dispuesta a darle otros, o los que hicieran falta.

-Lo siento madre.

Pedro volvía a llamar así a su madre, cuando lo castigaba no le decía mamá sino madre, de manera instintiva, era como una señal de respeto.

-Te vas a escapar de otra paliza porque no quiero que se nos haga tarde, pero cuidado con lo que pase hoy, cuidado que el día es muy largo, y te tengo ganas que lo sepas, y termina que nos vamos._ La actitud mandona y exigente de mi Señora era a mis ojos absolutamente deliciosa.

Mientras que conducía de camino a casa de Carmen y su hija Lola con mi Señora a mi lado y Pedro atrás, iba pensando que mi Ama estaba siendo además de muy severa, injusta con su hijo, al menos en el mundo anterior, pero ahora esto era Femdonia y aquí la mujer mandaba y prevalecía su opinión sobre el hombre, así de claro, por las buenas y por las malas.

Carmen vivía al otro lado del pueblo también a las afueras, pero en el extremo opuesto donde estaba la casa solariega de mi Ama. Era una casa grande con dos plantas, y cuando llegamos nos estaban esperando, Carmen y Pepi se fundieron en un gran y sentido abrazo, eran amigas desde la infancia, Carmen un año mayor, y la verdad es que mi Señora siempre sintió gran predilección por ella, me hablaba con admiración sobre ella, se le caía la baba, yo creo que era la única persona a la que de alguna manera idolatraba.

A mí me hizo gracia y a la vez me encantó que tanto Carmen como su hija mayor llevaran el mismo tipo de zapatilla, era la típica abierta por detrás de felpa con suela de goma con un poco de cuña, y con un adorno metálico dorado, la madre las llevaba azul marino, y la hija de un azulón más claro.





También estaban los dos hijos más pequeños de Carmen, que se llevaban 8 y 9 años con su hermana Lola, y la apariencia de aquella familia, era de que habían dos madres y dos niños.

Tras saludarnos todos mi Señora cogió aparte a Lola y le dijo

-Imagino que habrás hablado con tu madre, pero me gustaría hablar contigo, si puede ser a solas.

-Claro Pepi, vamos arriba a mi habitación.

Allí Pepi no se anduvo con rodeos, se sentaron ambas en la cama y cogiéndola de las manos le dijo muy seriamente.

-Mira Lola ya sé que esto es meterme donde no me llaman, y quiero que sepas que para mí hagas lo que hagas estará bien hecho, la verdad es que a mí me gustaría, me encantaría que fueras novia de mi hijo, para mí eres toda una mujer, madura, inteligente, que sabe lo que quiere, trabajadora, y muy responsable, y cuando estuviste en mi casa cenando me dio la impresión de que mi Pedro te gustaba, y la verdad me hice ilusiones, no sé si me equivoco mucho.

-No, no te equivocas mucho, no.

-Ya te habrá contado tu madre que ayer vi a mi Pedro con una compañera, una tal Nerea, y me dio la impresión de que lo quería camelar, mi hijo es un poco parado, no tiene mucha personalidad, se deja influir, en fin que lo veo un poco perdido… el caso es que me dio mucha rabia de que estuviera tonteando con unas y con otras, y le dejé bien claro lo que yo quería, y lo que le convenía para su futuro.

-Me dijo mi madre que… bueno que le diste una buena paliza.

-Bueno tampoco fue para tanto, lo calenté, eso es verdad, pero nada del otro mundo, y ahí quería llegar, Pedro es un chico que funciona con mano dura, en los estudios va a base de zapatilla, cualquier problema de comportamiento , de contestaciones y de todo, siempre lo he solucionado igual, con disciplina, le daba una buena paliza, y se quedaba más suave que un guante, desde pequeño siempre ha funcionado así, y no sólo de pequeño, ahora es exactamente igual; entonces lo que te quiero decir, que si realmente tú lo quieres para ti, cógelo por banda, y dale una buena tunda, comerá en tu mano, te lo digo yo.

-Pues mira lo que te digo, después de lo que me cuentas de esa tal Nerea, razones no me faltan, porque estábamos hablando a diario y yo creía que no había secretos entre nosotros.

-Pues ahí lo tienes, súbetelo aquí, y dale una de zapatilla que mude la piel, ya verás que suave se queda, ese come en tu mano para los restos.

Lola se quedó pensativa, era una chica reflexiva, se pasó su mano por su melena lacia castaña, y pensó que la verdad es que le gustaba Pedro, y aunque tenía en su cabeza un cacao monumental, le apetecía tener una “charla” con Pedro, y a ver qué pasaba.

-Dile que suba, quiero tener una conversación con él.

-Di que sí guapa._ Le dijo Pepi levantándose con alborozo de la cama, y acuérdate de lo que te he dicho (y haciendo un gesto `poniendo la palma de la mano hacia arriba y moviéndola de un lado a otro) mano dura Lola, mano dura, y a la más mínima, zapatilla.

Mi Ama bajó por las escaleras radiante, buscó a su hijo con la mirada y en cuanto lo contactó le dijo:

-Sube!!! Que Lola quiere hablar contigo.

El chaval obedeció presto a su madre que al cruzarse con él por las escaleras lo agarró del brazo y en un tono amenazante le dijo.

-Compórtate, te lo advierto.

El pobre chaval ya subió mediatizado por su madre a más no poder.

-Hola Lola, me ha dicho mi madre que…

-Pasa y cierra la puerta con pestillo.

Lola seguía sentada en la cama, con las piernas cruzadas, llevaba una falda roja con adornos geométricos negros por encima de las rodillas, y balanceaba su zapatilla derecha que bailaba sobre su pie desnudo.

-Bueno pues aquí estoy jeje._ dijo el chico visiblemente nervioso mientras se restregaba las manos.

-Ya veo… y… ¿no tienes nada que decirme?

-Bueno la verdad es que mi madre se ha empeñado en venir y …

-Déjate a tu madre, ahora estamos tú y yo solos, y sólo quiero que me digas una cosa, y te la voy a preguntar una sola vez. ¿Yo te gusto o no te gusto?

Pedro que acudía a la cita con mil dudas, porque pese a que Lola le gustaba, también le gustaba su compañera Nerea, estaba disipando todas sus dudas, la seguridad y la actitud de Lola lo estaban cautivando, la veía incluso más guapa, la falda cada vez se le subía más y cada vez veía más muslos, la chica sabía cómo jugar sus armas y lo estaba haciendo a la perfección.

-Si Lola, claro que me gustas, eres muy guapa._ Fue la pobre e inocente respuesta.

-Y se puede saber quién es esa Nerea?

-Nerea? Ah si es una compañera de clase.

-Oye conmigo no te hagas el tonto.

-No no, lo siento, es que estoy un poco nervioso.

-¿Soy yo la que te pongo nervioso? La chica, era unas semanas menor que Pedro, pero mucho más madura, y mil veces más segura de sí misma, entonces estirando su pierna derecha le puso el empeine de su zapatilla en los huevos, que reaccionó dando un respingo más por sorpresa que por miedo.

-No, no es eso, es la situación la que es un poco tensa.

-Acércate!!!

Pedro se acercó aún más y ahora sí que Lola pudo notar la polla de su amigo presionando su zapatilla, era ella la que llevaba el mando, presionaba con su pie las partes pudendas del chico y estaba consiguiendo una erección de caballo, se la pasaba por la izquierda, por la derecha, por arriba, por abajo…

-Parece que te gusta mi zapatilla.

Tragando saliva por la situación

-Si es muy bonita, me encanta.

-Me ha dicho tu madre que la pruebas bastante a menudo.

-La verdad es que sí, ya la conoces un poco.

-Quiero decirte una cosa, si tú y yo vamos a ser novios no sólo será tu madre la que te zumbe con la zapatilla, ¿eso lo sabes verdad?

-Sí, bueno, supongo.

-¿Supones? Dámela

Lola estiró su pierna dando un pequeño empujón en la erección de Pedro, que se echó instintivamente hacia atrás, y rápidamente se la descalzó y se la tendió sumisamente en su mano.

-Bájate los pantalones.

Al hacerlo se quedó el miembro del chico formando una tienda de campaña grotesca con el calzoncillo blanco.

-Los calzoncillos también. Le dijo mirándolo fijamente a los ojos.

-Con la experiencia que dan los años de obediencia a su madre, el chaval obedecía rápida y puntualmente las órdenes de su futura novia, hasta que se quedó desnudo de cintura para abajo con una erección que hacía que su pito tocara casi su propia barriga, no sabía por qué, pero esta chica con su actitud dominante y calmada a la vez, y con la zapatilla en la mano, le estaba provocando unas mariposas en el estómago que eran totalmente nuevas para él.

-Esto te lo he provocado yo, o mi zapatilla?

-Todo esto me lo provocas tú Lola, he sido un idiota por no haberte apreciado antes, te tenía delante y no he sabido apreciarte.

-Y estabas `por ahí tonteando con unas y con otras, ¿no?

-Bueno en realidad solo con una, pero estoy arrepentido y avergonzado de haberlo hecho, te juro que no volverá a pasar nunca más.

Por toda respuesta Lola lo único que hizo fue darse en su muslo un par de golpecitos con su chinela azulona, y como a buen entendedor pocas palabras bastan, el chaval se tendió sobre aquel regazo dispuesto a recibir la que sería la primera de muchas, muchísimas palizas.

Lola cuando tuvo aquel bonito y pomposo culo a su disposición se recreó con él, si no pasaba nada raro, tendría muchas oportunidades de disfrutar de aquellas nalgas, pero le gustaba degustarlas el primer día, así que dejando la zapatilla sobre su espalda acarició aquellos cachetes con su mano, y pudo ver las señales de la zurra que la tarde anterior le había dado su madre.

-Parece que ayer mami te zumbó de lo lindo, no?

-Sí que me dio una buena sí, jeje, ya sabes cómo se las gasta.

-Y te pegó por esa tal Nerea ¿no?

-Si así es.

-Entonces si ella te dio una buena paliza, ¿Qué tendría que hacer yo contigo?

-Lo que hagas estará bien hecho, y lo tendré bien merecido Lola, lo único que quiero es que me perdones y poder estar junto a ti…

Entonces, sin previo aviso

-PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

-PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy

-PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS aahhhhhhhhhhhhhhh

La zapatilla cayó sin misericordia, el rosa de las nalgas se volvió a reavivar convirtiéndose en rojo, y más tarde en escarlata, los morados volvieron a aparecer, y la zapatilla seguía cayendo.

Lola no hablaba entre azote y azote como sí que solía hacer Pepi, pero no por eso era menos dura.

No fueron menos de 100 los zapatillazos que cayeron en muslos y culo de Pedro, pero al contrario que con su madre, la erección no le bajaba un ápice, algo que gustaba mucho a Lola que arreciaba en la tollina mientras sentía el miembro de su futuro novio restregarse por sus desnudos muslos.

En uno de aquellos descomunales azotes, el chaval se cayó al suelo, y al contrario de lo que hacía su madre,que le pegaba unos buenos azotes más con cierto cabreo por haber perdido la posición, Lola que era más calmada, se le quedó mirando desde donde estaba sentada en la cama, respiró un poco, y haciendo un gesto con la zapatilla en la mano se levantó a la vez que le dijo.

-Arriba.

Pedro se puso de pie como un resorte, orgulloso de no perder un ápice de dureza en su erección, Lola lo guió con la mirada hasta un tocador que había en la pared, con un espejo enfrente.

-Apóyate ahí, y saca el culo que yo lo vea

La chica se puso detrás, le levantó la camisa para que no le estorbara y empezó a acariciarle las nalgas que estaban hirviendo, con la rugosa suela de su zapatilla, a la vez que con su mano izquierda le agarró la polla, le buscó la mirada a través del espejo y mientras empezó a pajearlo muy lentamente le dijo.

-Si yo me entero que ves otra vez a Nerea PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS( zapatillazo) o a cualquier otra Nerea PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, ésta te la corto a pedacitos PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSS y después se lo digo a tu madre.

Cuando Pedro oyó la palabra madre y motivado por la paja, la paliza previa, los acompasados zapatillazos, y toda la excitación que le provocaba estar dominado por aquella discreta Diosa, todo ello junto hizo que se corriera como nunca en su vida había hecho, hubo semen para dar y regalar, fue una corrida larga espesa y brutalmente excitante, tanto que a partir de ese momento quedó ligado de por vida a aquella chica que acababa de convertirse en su Ama.

El espesísimo semen manchó la mano de Lola y también el tocador y el espejo, la chica le dio una toallita a Pedro para que limpiara los muebles, pero cuando llegó el turno de su mano, lo que hizo fue ponérsela en la boca a su chico que devoró la mano de su amada hasta dejarla limpia como una patena, una vez que había limpiado su propio semen con su boca Lola lo abrazó por el cuello, se colgó de él y lo morreó salvajemente compartiendo así ambos adolescentes el sabor de la corrida mientras restregaban sus cuerpos pegándose un buen flete

-Te quiero mío Pedro, te quiero para mí, y te advierto que no comparto, te advierto que soy posesiva, te advierto que soy celosa, y a la más mínima sospecha te castigaré como tú ya sabes, te pegaré cuando lo merezcas y cuando me dé la gana PLASSSSSSSSSSSSSS ¿de acuerdo?

-Si amor mío, te quiero más que a nada en el mundo.

-Eso me lo vas a demostrar esta noche, y ahora vámonos, que no quiero que sospechen.


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Femdonia.La novia de Pedro(II) es un relato escrito por Slipper publicado el 01-05-2024 12:05:24 y bajo licencia de Creative Commons.

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