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Femdonia.La novia de Pedro(Final)
Escrito por Slipper

La entrada de Lola en el pub de referencia del pueblo fue espectacular, maquillada perfectamente, un vestido muy elegante a medio muslo, medias negras, con su melena castaña al viento, y con el porte y la seguridad que había heredado de su madre, de la que no heredó su belleza, pero sí que todos sus demás atributos.

Pedro cuando la vio volvió a quedar obnubilado, como podía haber sido tan tonto, y dudar entre esta maravilla, y la sosa de Nerea.

Tomaron algo con la cuadrilla, se rieron y se divirtieron durante más de dos horas, momento en el que Lola tomó a su chico de la mano, y sin preguntarle se metieron en un reservado, allí lo empujó sobre unos sillones, y se lanzó sobre él.

Se devoraron como lo que eran, dos adolescentes, Lola llevaba la voz cantante, y en el tema sexual tenía una debilidad, le encantaba que le comieran las tetas, así que se lo dijo a su chico sin más dilaciones.

-Cómeme las tetas, pero con calma, bien comidas, primero me las besas por encima de la ropa, y después me las sacas y me las comes hasta que me corra.

Pedro si a algo estaba acostumbrado en esta vida era a obedecer, así que lo hizo de nuevo, pero con la particularidad de que nunca había gozado tanto, nunca imaginó la excitación que le provocaba devorar el par de buenos pechos de su amada, le sorprendió que estuvieran tan tan duros, además estaba la emoción y el morbo de estar comiéndole las tetas en un lugar público, al que en cualquier momento podría acceder cualquiera.

-Sigue así sigue, muérdeme los pezones cabrón mmmmmmmmmmmmmm siiiii si, cómemelas todas , si diosssssssssssssssssssssssssssssssssss siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

Mientras Pedro devoraba aquellas maravillosas, duras e inhiestas peras, Lola se hizo un dedo, aprovechando que tenía todo el vestido subido y se corrió como siempre que sus atributos recibían una atención tan especial.

Quedó exhausta y derrengada en esos sillones que tantas cosas habían visto, pero quería más, lo quería todo, así que se fue a la barra, y a la dueña del bar le dijo algo al oído, al minuto volvió a por su novio con una llave en la mano, y le dijo , vamos.

Entraron a un cuarto con un cartelito que ponía privado, había cajas de coca colas, barriles de cerveza… pero al fondo también un amplio y confortable sofá, Pedro supo en cuanto lo vio, que allí perdería su virginidad.

Se volvieron a morrear, y a comer todo, hasta que Lola se acomodó en el sofá.

-Ahora me encantaría que me comieras el coño bien comido.

-Si, cariño, será un placer.

Pese a la música que había en aquel pub, el grito de placer de la chica se oyó fuera del cuarto.

Lola estaba desatada, sin apenas recuperarse del último orgasmo, se subió a horcajadas del que ya era su recién estrenado novio, y empezó a cabalgarlo, quedó muy pronto muy gratamente sorprendida de la dureza y del tamaño de la polla de Pedro, así que entre gemidos , y mientras lo cabalgaba lentamente empezó a decirle.

-Dime una cosa Pedro ¿te gusto? mmmmmmm

-Claro que sí, más que nada en el mundo …ufffff

-A mí también me gustas, y quiero decirte algo, te quiero para mí…. ahhhh

-Si amor, claro que sí… ay Dios.

-Quiero que seas mío, mío y de nadie más ¿me oyes??

-Seré tuyo, para siempre mi amor, te adoro, guaaaaaauuuuu

-Soy celosa, y soy posesiva, así que pobre de ti cómo vea lo más mínimo… ummmmmmm

-Seré todo lo que tú quieras que sea Lola, te amo, y te pido perdón por la tontería de esa compañera… arghhhh

-Shhhh cállate, ni la nombres, ya hablaremos tú y yo de eso, mmmmmm y ahora sigue, dámelo, fóllame, fóllame bien duro, si auuuuuu asiiiiiiiiiiiiiiiii SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.

Ahora sí que quedaron exhaustos los dos amantes, derrengados y abrazados en el sofá, besándose dulcemente.

A los 5 minutos, Pedro le dijo a su nueva diosa.

-Cariño, me tengo que ir, ya conoces a mi madre, no he podido sacarle más de media hora, y eso porque iba a estar contigo, pero ya me tengo que ir.

-¿A qué hora tienes que llegar?

-11.30

-Yo también, pero quiero que me acompañes a mi casa.

Los chicos salieron del reservado, Lola le entregó las llaves a la dueña, y cuando salieron de aquel pub, lo hicieron a ojos de todo el mundo como novios, Lola lo llevaba como si fuera un trofeo.

Se entretuvieron por el camino entre besos y arrumacos, Pedro no paraba de mirar el reloj, y estaba visiblemente nervioso.

-Mira cariño, no mires más el reloj, hoy vas a llegar tarde, y espero que tu madre te dé una buena paliza, y quiero que sepas que lo tienes más que merecido, lo de esa amiguita tuya lo vas a pagar con creces, así que cuando tu madre acabe de zumbarte, me cuentas por Wasap todo lo que ha pasado, entendido

-Muy bien cielo, tienes toda la razón, y sé que tengo que pagar los errores que cometí.

-Pues hala dame un beso, vete y ahora me cuentas.

-Muackssssssss, adiós cariño, ahora te cuento sí, te amo con toda mi alma.

Cuando Pedro llegó a su casa se encontró a su madre y a Ramón viendo animadamente la televisión, eran ya las 11.45, y el chaval esperaba a su madre casi zapatilla en mano esperándolo en la puerta de casa como cada vez que le había pasado algo parecido, pero para su sorpresa se encontró a su madre muy dicharachera.

-Bueno qué, cuéntanos como te ha ido, mira qué hora se te ha hecho, empieza a contar por esa boca.

La verdad es que la faceta cotilla de Pepi podía casi con todo, y le dio más importancia a lo acontecido aquella tarde noche, que al hecho de llegar un poco tarde.

-Pues muy bien mamá, Lola y yo somos novios, no sé cómo pude ser tan tonto con Nerea.

-Hombre muy bien, pues me alegro mucho, seguro que con Lola vas por buen camino, ¿Ves cómo tu madre no estaba tan loca cuando te decía que era buena chica?

-Si mamá, lo siento mucho de veras.

-Bueno entonces sois ya novios, medio formales, ¿no? Jijiji

En realidad Pepi quería sonsacarle a su hijo lo que había hecho aquella noche, pero el chaval no le iba a decir a su madre, que le había comido las tetas a su novia en el reservado de un pub, y que después le había comido el coño y se la había follado en el almacén.

Pedro dio alguna explicación más o menos difusa de cómo había transcurrido la noche, pero no salía de su asombro de ver que su madre no lo iba a pegar, no sabía lo que le iba a decir a su novia, a él le ponía cachondo la idea de contarle como su madre le había pegado, así que una idea perversa cruzó sobre su mente.

Cuando la conversación sobre lo acaecido aquella noche tocaba su fin, y él se disponía a acostarse, se volvió a su madre y le dijo.

-Mamá te quiero pedir una cosa.

-¿Una cosa? Mientras que no sea dinero…

-No mamá, dinero no es, me gustaría que … que me pegaras.

-¿Cómo?

Pepi volvió a dar un respingo de sorpresa muy característico en ella.

¿Cómo que te pegue? ¿Qué has hecho Pedro? Dijo endureciendo el tono, y sentándose en el filo del sofá.

-No nada mamá, no he hecho nada… es sólo que con lo de Nerea tenías toda la razón, y yo me porté muy mal contigo, pensé que te metías donde no te llamaban, y si no fuera sido por ti, ahora no estaría con la persona más maravillosa que he conocido en toda mi vida, que es Lola, así que por favor pégame una buena paliza, así aprenderé.

Ramón no salía de su asombro, pensó que por fin al chaval le gustaban los azotes, eso solía pasar, de niño los odias, y en un momento determinado sin saber por qué, te atraen y después te gustan, o quizá no, quizá Pedro solo quería expiar sus culpas y sus remordimientos, pero lo que le encantó de verdad a Ramón fue ver a su Ama con esa actitud tan “echá pa lante” decirle a su hijo.

-A mí no me lo digas dos veces, ven aquí.

La zapatilla salió disparada de su pie, las que llevaba calzadas en esta ocasión, eran las que tenía Pepi en su casa del pueblo, una chinela negra con el borde del empeine aterciopelado, con suela de goma con un poco de cuña, un adorno metálico dorado junto a la tira aterciopelada completaba la elegante zapatilla



Pepi le dijo en esta ocasión, no sé si para dejarle claro a su hijo cuál era el papel de un hombre en Femdonia con respeto a las mujeres, o si fue por cualquier otra razón.

-Dámela!!

El chaval la recogió del suelo con cierta humillación, y mi Ama tras recogerla de su mano, se quedó mirándolo, él ya sabía lo que había que hacer, que no era otra cosa que ponerse en su regazo con el culo al aire.

La paliza no fue muy diferente a las muchísimas que ya habían protagonizado anteriormente madre e hijo, el primer zapatillazo hizo botar al pobre chico sobre los muslos de su madre, se arrepintió nada más sentir aquella suela negra sobre su culo, así que para intentar sobrellevar aquel infierno pensó en su amada Lola, tras la zurra hablaría con ella, y le diría que todas esas marcas y morados eran por y para ella.

Con todos aquellos pensamientos se excitó, algo que no gustó en exceso a mi Ama, que debió pensar, vaya ya tengo aquí otro vicioso que se le pone dura con la zapatilla, pues ahora se va a enterar, y arreciaron los zapatillazos, de pronto caían en los muslos haciendo berrear al pobre chaval, que hacía auténticos malabares para no caer el suelo.

-lo siento mamá, auuuuuuuuuuuuu lo siento mucho ayyyyyyyyyyy buaaaaaaaaaaaa

Pedro hubiera querido decirle a su madre que parara, que ya tenía suficiente, pero si acababa de pedirle él mismo que le pegara no iba a ser tan infantil para rogarle que parara, tenía que apechugar, se estaba convirtiendo en un hombre y debía asumir las consecuencias.

No fueron menos de cien zapatillazos, con tandas rápidas, y algunas otras muy lentas, con zapatillazos muy espaciados, la zapatilla subía muy muy alto, y entonces bajaba como un rayo y PLASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, estallaba, Pepi se recreó en la paliza, tenía razón su amiga Carmen cuando le dijo que después de recibir esos azotes terapéuticos tus ganas de azotar se redoblaban.

Pedro empezó a llorar como una auténtica plañidera, sentía un dolor especial, no sabía muy bien la razón, en esta ocasión su madre no trufó la paliza con reprimendas verbales, y quizá aquello fue la razón de que en esta ocasión los azotes se le clavaran en el alma.

Por fin cesó aquel vía crucis y el chico cayó como solía después de cada tunda, al suelo como un fardo, llevándose las manos al trasero mientras sollozaba como un perro.

Las escuetas y maravillosas palabras de mi Ama aún con la zapatilla en la mano, fueron.

-¿Tienes bastante … o quieres que siga?

-No mamá, ya tengo bastante, muchas gracias, snifff ¿me puedo ir a mi habitación?

-Tira anda, que no te vea, y sólo entonces dejó caer la zapatilla a sus pies, calzándosela sin apenas mirarla.

Yo miré a mi Señora sin saber muy bien que decir o que hacer, pero ya se encargó ella de sacarme de mi ensimismamiento.

-¿Tú qué?, ¿estás muy callado no?

-Eh, no, aquí observando a mi Ama como actúa.

-Ah sí, y cómo actúo, ¿si puede saberse?

-Pues muy bien, cómo siempre hace mi Ama.

-Me parece a mí que tú estás muy zalamero, anda dame en los pies como sabes que me gusta.

Y con las mismas sacó sus pies de sus las zapatillas y los puso sobre mi regazo, para que yo los masajeara con deleictación, primero con los dedos, y después con los labios, y por último con la lengua.

Mientras en la otra habitación Pedro hablaba con su novia por wasap mientras que estaba en la cama.

-Al final le he pedido yo que me pegue porque estaba tan entusiasmada con lo que habíamos hecho esta noche, que ni siquiera se había dado cuenta de que he llegado tarde.

-Pero te ha dado fuerte.

-Joder que si me ha dado, yo creo que casi más fuerte que nunca

-Enséñame fotos.

-Espera voy._ Pedro se echó fotos en sus calientes, rojas y marcadas nalgas, y se las mandó a su recién estrenada novia.

-mmmmm tienes razón te ha dado una buena paliza, me encanta tu madre jajaja.

-Lo he hecho por ti cariño, te lo debía, además como me dolía tanto, para pensar en otra cosa, he pensado en ti.

-¿Ah sí? ¿Cómo que en mí?

-Si en ti, cariño mío, y la verdad es que se me ha hecho más llevadero.

¿Y en qué pensabas?

-Pues no sé, pero me he … empalmado

-¿Comooooooooooooo? Serás golfo, delante de tu madre te has empalmado?, no te ha dado vergüenza?

-La verdad es que un poco sí, pero no te preocupes que me ha durado poco, la erección me la ha bajado en seguida mi madre, me ha soltado unos cuantos zapatillazos más duros, y me ha bajado rápido los humos.

-Jajaja, me encanta tu madre te lo digo otra vez, oye y otra cosa… ¿ahora estás también empalmado?

-Un poco, la verdad.

-Ah sí, ¿ y por qué?

-Pues porque estoy hablando contigo.

-¿Te ha gustado lo que hemos hecho esta noche?

-Ha sido lo mejor que me ha pasado en mi vida cariño.

-Me apetece que me hagas una videollamada y te hagas una paja corriéndote para mí

-Claro que sí, venga te llamo

Pedro llamó a su chica y empezó a pajearse mientras ambos susurraban obscenidades, tanto le gustó al chico este tipo de sexo telefónico que muy pronto estuvo a punto de caramelo, y justo cuando un chorro de semen saltó para caer sobre su barriga, oyó perfectamente desde la habitación contigua donde estaban su madre y Ramón, el sonido de un fuerte azote y de un gemido ahogado.

Lo que había ocurrido fuera de aquella habitación mientras los novios hablaban, fue que tras el masaje de pies Ramón a Pepi, este siguió lamiendo a su Ama piernas arriba, pasó rápido sobre las bragas para volver más tarde, y se centró en comerle a su Señora las tetas, y sobre todo las axilas, algo que cada vez gustaba más a ambos, cuando empezó a comérselas, Pepi le dio un buen azote en el culo a mano abierta.

-Sigue

-Si mi Ama

-PLASSSSSSSSSSSSS, cómeme, cómeme toda.

Mientras le comía las axilas, le metí a mi Ama la mano bajo las bragas, y me las arreglé para hurgar en su cueva hasta hacerla correr, ella para no gritar me mordió en el hombro hasta casi hacerme sangrar.

-Vamos a la cama, necesito que me folles.

Al bajarle las bragas a mi Ama me di cuenta de que tenía as nalgas señaladas, tenían unas marcas rojas, que no podían ser otra cosa que azotes, así que con sorpresa le pregunté a mi Señora.

-¿Y esto?

-Eso no es nada, sigue a lo tuyo.

Entonces cometí uno de los errores más graves que he tenido estando con mi Diosa, no seguí a lo mío, sino que hice una pregunta estúpida, una pregunta que jamás debí hacer.

-Pero, eso son … azotes Ama?

No olvidaré la mirada que me echó, era como si yo le hubiera descubierto un secreto, como si se hubiera menoscavado su autoridad, visto con el tiempo creo que ella se sintió como más débil, cuando para mí no era ni muchísimo menos así, ella era mi Ama y lo sería siempre, por muchos azotes que le viera en su cuerpo, y para mí jamás perdería ni un ápice de su autoridad sobre mí, pero debió sentirse muy muy enfadad porque me dijo.

-¿Todavía no te he enseñado a obedecer?

-Lo siento

-Ponte a 4 patas en la cama, hijodeputa, que te voy a enseñar yo que me obedezcas.

-Me puse en 4 sabiendo lo que se me venía encima, ella se puso de pie en el suelo, junto a mí, con su mano izquierda en su cadera, y la otra mano armada con su zapatilla, inspiró hondo, y empezó a darme estopa de la buena.

El lector no puede imaginarse lo que duele la suela de esa zapatilla cuando te cae con rabia, 10, 20, 30, 40, 50, 60, 70 veces seguidas, apenas tomó aire me daba con saña, y cuando se hartó, hizo algo que nunca había conmigo, fue tomar la zapatilla por la punta y darme con la cuña, madre mía aquel dolor sí que era lacerante, los azotes sonaban como cañonazos, pero es que cuando no sonaban así, digamos que por ser un zapatillazo fallido, el dolor era todavía peor.

Además como ya le dolía el brazo y para cambiar un poco la postura, pasó de azotarme las nalgas el horizontal, a azotarme la parte alta del culo, en vertical, ahora azotaba de arriba abajo, y encima en carne nueva, pero seguía dándome con la gruesa cuña, ufff, cómo dolía aquello, tanto fue así que no me importó que Pedro me oyera desde la habitación contigua, empecé a berrear como un niño sabiendo que el hijo de mi Ama me iba a oír.

En la otra habitación mientras tanto el chaval ponía el móvil junto a la pared para que su novia pudiera oír la azotaina que le estaba dando su madre a su pareja, y tanto le gustó a Lola aquella paliza en off, que no tuvo que meterse mucho el dedo para correrse como un manantial.

Volviendo de nuevo a la alcoba de Pepi, con ésta exhausta y con Ramón apalizado como hacía tiempo que no lo estaba, éste le pidió permiso a su Ama para hablar porque intuía un poco que su Ama estaba avergonzada por el descubrimiento de aquellos azotes

-Mi Ama, por favor le ruego que me perdone por mi impertinencia, y por mi torpeza, me da igual que sean azotes, o lo que sean, Usted siempre será mi Ama, y por favor no quiero que se sienta mal, me da mucha vergüenza que Usted se sienta mal por eso, pero por favor …

-Ha sido Carmen, esta mañana me ha dado con su zapatilla.

-A mí, eso me da igual mi Ama.

-Ya sé que te da igual, pero quiero decírtelo, no es por nada, es porque me apetece; fue una conversación que tuvimos, le pasa a muchas Amas, sienten presión de tanta responsabilidad, y a veces ponerte en manos de otra Ama, y que te caliente un poco el culo, te deja nueva, y eso es lo que me ha pasado a mí, ahora ya lo sabes.

-No me tiene que decir nada mi Ama, ya lo sabe, pero mil gracias, muacksss muackssss muackssss, empecé a besarle los pies, me arrodillé a su cintura y le besé su cueva sagrada.

Ella se acostó, se acomodó, en la cama, abrió las piernas, y con una zapatilla aún en la mano me señaló donde quería que me aplicara.

Mientras repelaba las paredes de su coño me dijo aquella Diosa.

-Y que sepas otra cosa, me ha dicho Carmen que después de recibir esos azotes, te dan unas ganas locas de azotar a ti PLASSSSSSSSSSSSSS, así que ya sabes…

Y como lo sabía, pues me apliqué al máximo, al 1000 por 1000, ni más ni menos que como se merece Ella.


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Femdonia.La novia de Pedro(Final) es un relato escrito por Slipper publicado el 01-05-2024 12:12:34 y bajo licencia de Creative Commons.

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