Mi amiga Marta
Escrito por Maria
MI AMIGA MARTA
Y Marta apareció como un torbellino para interrumpir mi trabajo, y me contó su proceso de separación matrimonial...
Todo empezó al encontrar el diario secreto de su marido:
"Marta es mi esposa, encantadora, joven y hermosa, y estamos felices el uno con el otro. Pero hay una cosa: tiene esas fantasías sexuales muy sumisas. Siempre ha sido un problema con nuestra vida amorosa. O más bien un problema de Marta. Mi problema es que no puedo conseguirlo. Todo lo que puedo hacer es exaltarla, susurrando historias de cómo ella es solo mi juguete sexual. Pero ahora, incluso eso se ha vuelto insuficiente. Ella quiere más. A menudo en la cama grita bajo mis cuidados, grita que debería usar su cuerpo únicamente para mi propia gratificación sexual, sin piedad, sin empatía, sin ternura. Contar historias no es suficiente.
Poco a poco se ha convertido en una carga. Nuestra vida sexual se está deteriorando. A veces realmente trato de interpretar al hombre dominante de sus sueños. Pero no funciona. Amo demasiado a Marta. Simplemente no puedo ser tan cruel. Ella sabe y nunca acepta mis esfuerzos en el juego de roles. No es lo suficientemente real. Tengo miedo de perderla. Hasta el punto de la desesperación compasiva. Tanto que le he propuesto que intente encontrar un amante extramarital, uno que satisfaga sus necesidades, su perversión. Prefiero compartirla que perderla. Por supuesto que protestó. Lloró en mis brazos. Ella solo me quiere a mí.
Pero al final, ella aceptó vacilante. Así que puso un anuncio en un sitio de citas, aunque todavía estaba llena de dudas".
"Confieso que eso me pareció excitante. Decidí no solo acompañarla en su viaje íntimo y personal, sino sumarme del modo más entusiasta y participativo. ¡Qué demonios! Yo sentía un morbo nuevo y diferente. Parecía posible alcanzar algo nuevo y prohibido. Y, en definitiva, yo velaría por ella y la protegería de cualquier mal."
"Pasó mucho tiempo antes de que se atreviera a hacer una elección entre las muchas respuestas recibidas a su anuncio. Pero al final tomó una decisión y eligió a una pareja. Se describieron a sí mismos como dominantes y despectivos, ambos, lo que bien podría satisfacer sus impulsos. Y estuve de acuerdo en que era más probable que un dúo casado limitara el riesgo de poner en peligro nuestro matrimonio. Ninguno de los dos aspiraba a eso. Luego, después de muchas más vacilaciones y algunas insinuaciones mías, Marta los invitó para que nos conocieran. Todavía tenía dudas sinceras, pero amo profundamente a Marta y sentí que al menos debería concederle la oportunidad de hacer realidad sus fantasías. Así que, llegado el día, Marta les preparó la cena en nuestra casa."
Yo, ese día, cuando Marta se decidió a contarme detalladamente su historia, estaba concentrada en mi nueva novela. Un proyecto absorbente, que me había obligado a abandonar a mis gentiles seguidores y seguidoras. A tod@s aquell@s que me dieron su aliento y su calor en el pasado. A l@s que tuvieron paciencia conmigo y a l@s que amé y agradecí todo lo que me dieron y lo que me ofrecieron. De algún modo, os pertenezco a tod@s.
Me carcomía la duda de haber ido demasiado lejos en exponer mi vida pasada y mis sueños más secretos. A veces sentía vergüenza por haber sido tan descarada e imprudente. Temía ser descubierta. Estaba aterrorizada. Y mientras me debatía en el cruel confinamiento de la Covid, yo me hacía muchas preguntas.
Después de todo, una vida normal también tiene sus compensaciones. Y la estabilidad puede llenar algunas pasiones. Sólo Marta, y nuestra amistad, tan especial, formaban parte de mi burbuja. Pero ahora esa historia interrumpía mi trabajo, mi retiro de algunas cosas. E intuí que debía ser contada.
Y que Marta debía ser expuesta también.
Ante todos vosotros.
(Continuará)
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