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La próstata de mi padre
Escrito por eliregina

Mi padre quiere que aprenda a masajear su próstata para tener mejores orgasmos.

Es mi papá y también el hombre que me folla desde que me desarrollé como mujer.

Mamá y yo somos sus putas sumisas. Lo compartimos, con algunos celos de mi madre, que papi se encarga de solucionar.
Sus castigos son severos.
A mi me educó en la sumisión y no conozco ni quiero otro estilo de vida,

Hace poco tiempo, me anotó en un curso presencial para convertirme en una buena masajista de próstata.

Mi primera clase, estuvo a cargo de una sexóloga y su asistente. Somos 6 alumnos y la más joven soy yo.
Fue todo teoría y aprendí bastante sobre esa glándula, dónde está ubicada, sus funciones en la eyaculación masculina y los cuidados que debemos tener quienes vamos a realizar masajes sexuales.

Cuando regresé a casa, papá me interrogó y quedó satisfecho con mis respuestas.
Y caliente.
Lo cual nos llevó directamente a que me follara el coño sin muchos miramientos. Cuando terminó, llamó a mamá y le ordenó limpiarme con su lengua mamando la leche que escurría suavemente.
La limpieza terminó en una buena calentura de los 3.
Papá miró cómo mamá lamía y chupaba mi coño para después llevar la mezcla de mis fluidos y su leche a mi boca. Nos besamos jugando con nuestras lenguas, saboreando ambas el semen de papá. Él nos miraba y filmaba, y su verga parecía a punto de estallar. Dejó la filmadora fija y se vino sobre mamá, cubriendo sus senos con su semen, que yo, muy caliente, iba lamiendo.

Mamá y yo, esta vez, no llegamos al orgasmo.
Eso de dejarnos sin orgasmo le gusta a papá, porque dice que así nos tiene a las dos frustradas y dispuestas.

Prohibido follar nosotras dos solas. Debemos pedirle permiso, que suele negar y nos mantiene así. Yo quedo inflamada y dolorida en mis genitales y senos y mamá dice que también le afecta la zona lumbar.

Mis padres me tuvieron siendo adolescentes, por lo cual aún son jóvenes y ambos están en muy buena forma. Formamos un activo y atractivo trío sexual.

Segunda clase de masaje.

La profe hizo prácticas con su asistente, usando su dedo mayor y con guantes descartables.
Nos mostró la curvatura que debemos hacer con nuestro dedo. Le causó una fuerte erección y al final el joven en medio de gemidos de placer, eyaculó.
La Profe nos explicó que no es tan simple lograrlo, que se requiere mucha práctica y una presión adecuada.
Practicamos en modelos de silicona transparente, bajo la supervisión de ambos.
Y nos pidió para la próxima clase llevar a un hombre para practicar en serio.

Tercera clase

Fui con papá. Éramos 6 parejas, más la Prof y su asistente ( el eyaculador).
Los hombres se desnudaron hasta la cintura y se pusieron en diferentes posiciones que indicó la Profe. Y a las hembras nos hizo quedar desnudas, para la estimulación visual de los machos. Debemos de haber sido un interesante espectáculo sexual.

Abreviando, metí con cuidado mi enguantado y bien lubricado dedo en el culo de mi padre y siguiendo las indicaciones sentí que toqué la próstata.
Papi también sintió el toque y se tensó. Le indicaron que se concentrara en el placer y relajará su cuerpo. Yo comencé a presionar como lo había practicado, moviendo con una presión constante y firme mi dedo. La verga de papá fue creciendo e hinchándose y su respiración jadeante comenzó a convertirse en gemidos. Yo me sentía más y más caliente con el concierto de gemidos masculinos.
A casi todos los hombres les ocurrió lo mismo


La profe se acercó y tomó con mano firme la hinchada verga de papá.
Yo continuaba con el masaje y mi padre eyaculó en la mano de la Prof gimiendo y diciendo: si puta, así mismo, sigue perra, hasta que se vació por completo y dejé de masajear. Cuando retiré el dedo un poco rápido se molestó porque le produjo una sensación desagradable. Ya la Profe nos había advertido sobre esa posibilidad de sensación de cagar, pero nos aseguró que después de varias sesiones, no lo sentirían más.

El asistente se acercó a nosotros y preguntó a mi padre si yo podría ir y hacer un masaje a un hombre cuya pareja no había logrado que eyaculara.

Por qué yo? le pregunté sin esperar la respuesta de papá que era quien debía responder.
Me contestó: “porque tú lograste la mejor eyaculación de tu pareja; resultaste muy buena alumna “

Mi padre dijo que si, que yo haría ese masaje como una contribución a la clase, pero yo dije que no quería hacerlo, que no tenía interés en masajear culos desconocidos.

Vi el destello de enojo en los ojos de mi padre. Me di cuenta que lo hice quedar mal ante el asistente, fui una hija desobediente y no su perra sumisa.

En silencio nos vestimos, y nos retiramos de esta última clase. Yo con un sabor amargo por haber desobedecido en público y mi padre, supongo que enojado,pues no me habló.

Cuando llegamos al auto me cruzó la cara con dos bofetadas inesperadas, que me dejaron atontada.

“ Si alguna otra vez me desobedeces o me desdices en público, te aseguro que te vas a arrepentir”. Y dicho esto puso el auto en marcha y nos fuimos, yo llorando en silencio, con mi cara ardiendo, por los golpes y la vergüenza.

Cuando entramos a casa me envió a mi dormitorio y escuché que comenzaba a contarle a mamá lo ocurrido.

La mañana siguiente desperté con dos moretones en mi cara y extrañando la visita matutina de alguno de mis padres.

Fuí a la cocina y mamá me informó que papá ya se había ido y que mi castigo sería permanecer una semana entera sin ser follada y sin permiso para masturbarme.

Peor aún, me dijo que fuera al baño por mis necesidades y que tuviera en cuenta que después me colocaría un cinturón de castidad por toda esa semana. Sólo me lo quitaría al levantarme, para orinar, cagar y asearme.

Esa era la orden de papá. Mamá me abrazó, me acarició el pelo, y vi que mi situación la ponía triste. Pero era un castigo que yo merecía por atrevida y no cumplir las reglas que conocía muy bien.

Así que cuando vino papá, le agradecí por ponerme en mi lugar y prometí esforzarme en ser una mejor hija, perra puta, sumisa y amante suya.

Con las palabras justas, me indicó que abriera la boca y me colocó un abridor que me impedía hablar y me hizo babear.
Después mamá lo sustituyó mientras él no estaba por una cinta engomada ancha.
El objetivo estaba muy claro: papá no quería oírme hablar, ni que hablara aún no estando él en casa.
En su presencia, creo que no emití ningún sonido.
Me ignoró toda la semana. Para mi fue una semana en silencio y abstinencia sexual, aguantando el merecido castigo.

Fue un verdadero sacrificio permanecer sin ser follada tantos días, viendo a mis padres hacerlo y yo, realizando el masaje prostático en silencio y babeando, mientras él se follaba a mamá. Me di cuenta que sus orgasmos son más intensos con el masaje. Mamá lo disfrutaba.

Creo que fue la peor semana de mi vida, aunque también me sentía orgullosa de cumplir con mi castigo para complacer a papá y recuperar nuestra relación, cuando me quitaran el maldito cinturón.

Y, muy en el fondo de mi sexo, disfruté como una zorra arrastrada las marcas en mi cara y la restricción sexual con todas las molestias del cinturón colocado durante tantos días.
Soy tu puta sumisa sin remedio, papá. Humíllame más y seré más tuya, le escribí en un único mensajito.

Cuando regresó vino acompañado de un hombre bastante viejo y barrigón.

Esta es mi hija puta, le dijo. Te la puedes llevar y usarla toda la noche. Mañana la traes.
Ay papá! Que manera de ponerme en mi lugar de perra! ( pensé)

El hombre dijo que me llevaría desnuda, solamente con collar y cadena.
Me hizo salir tirando de la cadena conmigo en cuatro patas. No se si alguien me vió, porque miré para abajo hasta llegar al auto con vidrios oscuros estacionado frente a casa.

Me hizo entrar adelante, junto a un conductor que no miré.

Enseguida vino la orden de mamar la polla del chofer que saltó de su pantalón cuando lo abrí. Me empujó la cabeza hasta dejarme casi sin aire y no demoró en vaciarse en mi garganta. Tragué todo y lo limpié a lengua, mientras el hombre sentado atrás filmaba.

Le dijo al chofer que su cara no se vería pero a mi me hizo mirar de frente la cámara de su celular y abrir la boca que aún tenía restos de semen.

“Voy a subir este video a varios sitios de internet y tu padre hará lo mismo con unos cuantos que tiene. Te harás conocida como una puta zorra desobediente”

Sus palabras, sumadas a la reciente mamada de polla, me tenían caliente, mojada, deseando explotar en orgasmos prohibidos. Mi lenguaje corporal seguramente enviaba señales de mi calentura que el Señor percibió.
Me advirtió “ si te corres, te arrepentirás”. Y me aguanté, pensando en bosques, playas, baños frescos, etc.

Cuando llegamos a su casa, entraron con el auto a un garaje y de ahí directo a la casa. Yo siempre en 4 patas, las rodillas ya me dolían.

Ambos hombres se sentaron cómodamente en un sillón y yo permanecía frente a ellos, siempre en cuatro.

“A qué piensas que viniste, perra “?
“A servirle, Señor “

“ Aquí no vas a ser follada ni podrás hablar. Vas a ser expuesta en una reunión de amigos y te vamos a crucificar para placer de los asistentes.

Permanecerás en la Cruz durante toda la reunión. Y ese será el final del castigo que te impuso tu padre por atrevida y desobediente”
Temblé de miedo y de deseo. Será mi primera vez crucificada.

Sobre una mesa cercana vi unos cuantos floggers, y algunas fustas. Me di cuenta que sería azotada.
También cámaras dispuestas para ser usadas.

Miedo y deseo corrieron por mi tembloroso cuerpo.

Miedo al dolor, a la forma en que me crucificarían, ( será con ataduras? qué utilizarán? cuerdas con púas? clavos?) a la exposición ante extraños, y a la frialdad de los ojos del hombre al que me entregaron por una noche. ( después me enteré que fuí alquilada, rentada como un objeto) .

Deseo de ser humillada y llegar a los orgasmos que no he podido disfrutar en toda esta semana que finaliza.
Deseo de crecer en mi masoquismo y de entregarme por completo a placeres más fuertes.
Quiero que papá se sienta orgulloso de mi.








Licencia de Creative Commons

La próstata de mi padre es un relato escrito por eliregina publicado el 25-06-2022 00:58:03 y bajo licencia de Creative Commons.

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