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Fantasía de secuestro y castigo (3)
Escrito por sumisso

APITULO 3: EL INFIERNO PROMETIDO

La fantasía de secuestro continuaba tal como se había pactado. Tan solo había comenzado, la señora Painfully no tenía la menor intención de detenerse tan pronto. Mi culo era una plancha ardiendo, estaba completamente magullado y dolorido. Me había roto el culo a correazos con su correa. Tal como se pactó, si lloriqueaba, volvería a aplicar el castigo, y fuÍ azotado por partida doble. En las próximas semanas debería dormir bocabajo y por supuesto intentar no sentarme en una silla. Mi culo y yo íbamos a acordarnos de la señora durante una buena temporada.

Llevaba varias horas en el sótano de la señora Mistress Painfully y ya era conocedor de lo que era capaz. Me merecía todo tipo de castigos, la había subestimado, menospreciado, burlado de ella…. ¿Y todo porque? , porqué me dejé llevar por las apariencias. Una mujer mayor no sería capaz de castigarme y secuestrarme como yo deseaba. Me equivoqué por completo, era capaz de sobra y superar mis expectativas, era la mujer mas sádica que había conocido, provocar dolor a un estúpido como yo la excitaba a raudales.

Estuve un par de horas encerrado a solas en el húmedo y oscuro sótano de la señora. Tras recibir mi primer castigo durante un par de horas ella se marchó dejándome allí encerrado. Esperé pacientemente, no tenía otra opción, me había encadenado y amordazado de forma muy eficiente. Escapar o gritar era imposible, intentarlo era absurdo. Solo saldría de allí si ella lo deseaba. Tras una larga espera se abrió de nuevo la puerta.

La señora entró en la habitación y cerró la puerta con llave de nuevo. Pensé que no era necesario cerrar la puerta, no podía moverme ni escapar, mucho menos llegar hasta la puerta. Quizás era una medida de seguridad, primero debería escapar y luego quitarla las llaves, eso era imposible. Escuché el sonido inconfundible de sus botas de agua mojadas acercándose hacia mí. Se colocó frente a mi y comencé a escuchar como comenzaba de nuevo a enfundarse los guantes de goma, escuchaba el chirrido de la goma encajando lentamente en sus brazos fuertes y gordos. Terminó de ajustarse los guantes y me agarró por el pelo dirigiendo mi mirada hacia la suya. El tirón del cabello me hizo escapar una lagrima, tiraba de forma cruel sin piedad, parecía que iba arrancarme el pelo atenazando mi cabello entre sus manos enguantadas. Mis ojos quedaron fijos ante los suyos mientras me sujetaba duramente:

- Voy a continuar tu secuestro…. Es lo que deseas, ¿verdad?... Prepárate esta vez va a ser mucho mas largo que tu anterior castigo. Voy a castigar todas las partes de tu cuerpo…. Y tú… calladito … y sin lloriqueos o tendré que duplicar el castigo …. ¿crees que no soy capaz? Vamos a comprobarlo. – Sentenció llena de ira hacia mí.

Mi rostro sujeto por su mano enguantada miraba fijamente a la señora desde el suelo donde me hallaba encadenado y amordazado, contemple su voluminoso cuerpo parado frente a mí, casi desnudo a no ser por sus grandes botas de goma y sus guantes de goma apretados hasta el codo. Liberó mi pelo y se dirigió hacía un pequeño cajón de un pequeño armario situado junto a la pared del sótano, agarró un manojo de pequeños objetos metálicos. Se acercó de nuevo hacia mi portándolos entre sus guantes y mostrándomelos. Los pequeños objetos, eran varios juegos de pinzas de metal, bastante sofisticadas, pinzas pequeñas unidas entre sí por una fina cadena metálica. Abrió y cerró con su dedo la pinza de modo divertido, mostrándome que tenían un muelle bastante tenso, se cerraban con dureza y había que ejercer esfuerzo con los dedos para abrirlas. Sonrió perversamente mostrándolas entre su mano:



- Están pinzas, las llamo las “destroza pezones “ , siempre que un esclavo se ha portado mal, ¡me encanta castigarle con ellas¡. Las lleva puestas en sus pezones hasta que suplica piedad. En tu caso amordazado .. bien calladito…. No podrás ni suplicar. ¡Te las quitaré cuando crea conveniente¡– Me dijo mostrando su enfado hacia mí, seguía furiosa por mi comportamiento hacia ella habiéndola menospreciado.

Colocó una pinza sobre mi pezón, noté una fuerte presión y posteriormente la otra pinza unida a la cadena. Eran tan dolorosas como me había advertido, presionaban con dureza debido a fu fuerte muelle. Agarraba otro par de pinzas entre su mano, volvió a colocarlas sobre mis pezones y el dolor fue cada vez más intenso.Me colocó dos pares de pinzas metálicas sobre los pezones de forma muy apretada, demasiado apretadas. Me hubiese quejado de dolor, pero con su infalible mordaza no se escuchó nada en el sótano Tiró bruscamente de la fina cadena que las unía con su mano enguantada provocándome un dolor muy intenso:



- ¿Duelen verdad? Esto no es nada comparado con el dolor que sentirás cuando las lleves horas puestas -. Quedé asustado al escuchar la palabra “horas “. ¿Cuánto tiempo iba llevarlas puestas en mis pezones?, ¿horas?. Quedé asustado por la cantidad de tiempo.

Dolorido, contemplé como la señora se dirigía de nuevo hacia el mismo cajón donde había sacado las pinzas. Esta vez regresó portando un pequeño utensilio de madera. Sus botas de goma rechinaban al caminar como de costumbre, no terminaba de acostumbrarme al chirrido. Me mostró el pequeño artefacto de madera. Giró una pequeña manivela y se abrió el utensilio.

- ¿Ves este juguetito? Aquí dentro se ponen los huevos de los esclavos y se vuelve a cerrar. ¡La presión será tan fuerte como la quiera apretar¡.Te dije que iba a ser más dura contigo que con nadie, ¡¡no me creíste¡¡ , te burlaste, ahora pagaras las consecuencias . Agarró mis testículos entre sus guantes de goma y los introdujo entre las dos barras de madera abiertas, giró la manivela y comenzó a cerrar el utensilio con mis huevos dentro. Comencé a notar la presión, como se cerraba y me estrujaba los huevos. Giró una vez más y me dejó los testículos bien apretados y doloridos.



Deseaba gritar, sentía el dolor de mi culo ardiendo, las pinzas mordían duramente mis pezones y ahora mis huevos estaban aprisionados entre un cepo de madera, aumentando mi dolor. La señora sonrió, se ajustó sus gafas con su guante a su rostro y continuó con sus preparativos. ¡¡ todavía No había terminado ¡¡. Agarró un pene de goma de color negro. Este objeto fue fácil de identificar. Colocó un preservativo cubriendo el pene de goma y lo lubricó con un gel.

- Quiero que te sientas follado e incómodo. ¡Vas a retener el pene dentro de tu culo mucho tiempo¡Si te duele mucho… te aguantaras, no voy a sacártelo. – Me dijo irritada y furiosa conmigo.

Comenzó a introducir el pene dentro de mi culo poco a poco, no fue nada delicada. No iba a perder su tiempo introduciendo el pene lentamente para que no me doliese, lo introdujo presionando y poco a poco fue entrando. El dolor era fuerte. A la señora Painfully no la importaba si me dolía mucho, estaba completamente amordazado y no armaría escándalo. Mi dolor no era un problema suyo. Introdujo el pene hasta el fondo y con una fina cuerda hizo una especie de arnés rodeando mi cintura y mi culo para que no pudiera expulsarlo.

MistressPainfully estaba completamente sonriente. Dio una palmada estrellando sus guantes mutuamente que resonó en toda la habitación y burlándose me dijo:

- Ahora vas a permanecer así hasta que me plazca, mmmm…… dos horas …..quizas tres …. te retorcerás de dolor, pero…. Es tu fantasía … Tú te lo has buscado con tu chulería. - Me dijo mientras se encaminaba hacia la puerta de salida del sótano de nuevo. Cerró la puerta y me dejó en el lúgubre sótano encerrado.

-------

Comenzaron a pasar los segundos, minutos… pero nunca las horas prometidas. El tiempo se detenía. El dolor aumentaba cada vez más. Desconocía que parte del cuerpo me dolía más, quizás mi culo magullado, a veces mis pezones por sus pinzas, otras mis testículos por el cepo, otras mi culo por el pene de goma de considerable tamaño introducido hasta el fondo y en ocasiones era un dolor conjunto de todo el cuerpo ,terrible. Estaba satisfaciendo mi fantasía ¡¡ y de qué forma ¡¡ dolor y más dolor. La señora Painfully era verdaderamente sádica. Lamentaba mi error una y otra vez de haberla subestimado.

Parecía que habían pasado años y solo habían pasado dos horas cuando se abrió la puerta Entró la señora Painfully , cerró la puerta y se dirigió hasta mí. Se inclinó y comprobó mi sufrimiento y dolor. Levanté la mirada y contemplé su rostro con una sonrisa sádica mirándome fijamente a través de sus gafas. Llevaba los guantes largos de goma en sus manos agarrados por un extremo, listos para enfundárselos en cualquier momento. En aquel momento lo desconocía, pero la señora tras salir del sótano y dejarme allí encerrado, la producía una gran excitación, daba vueltas en su casa excitada con sus guantes preparados en el bolsillo pensando en mí, , el tormento que estaba sufriendo, se tocaba su sexo y deseaba bajar al sótano a seguir castigándome, pero debía cumplir su castigo y dejarme encerrado.

La señora se acercó a mí, se inclino y tiró nuevamente de mi pelo con gran dureza, utilizó toda su fuerza..



- Ohhh…. Pobrecillo…… ¿te duele? ….¡¡ Veo que has estado lloriqueando ¡¡, te lo advertí en el contrato, “ si lloriqueas duplico castigo “ – Me miraba fijamente a los ojos , deseaba suplicar piedad, pero no podía emitir el más leve sonido, seguí degustando un fuerte sabor a bragas sucias de varios días dentro de mi boca, bien precintada con cinta americana.

- Dos horas más te ayudaran a obedecerme. ¡¡ He dicho que nada de lloriqueos ¡¡. …. Sigue así, lo vas a pasar realmente mal - Sentenció a la vez que observaba mi cara aterrada, disfrutaba asustándome y lo había conseguido más que nadie en esta vida.

- ¿Te gustaría ir corriendo y meterte bajo las faldas de tu mama? ..... ¡¡No vas a poder hacerlo¡¡, te voy a convertir en un verdadero esclavo. Llora cuanto quieras calladito que nadie te va a escuchar – Sentenció tras dedicarme unas palabras muy duras. Se dirigió hacia la puerta del sótano portando sus guantes agarrados por un extremo sin habérselos enfundados, se dio media vuelta y me mostró los guantes:

- Cuando regrese me los enfundaré y continuaré tu castigo. Voy a enseñarte modales, voy a hacer de ti un verdadero masoquista – Sentenció cerrando la puerta y volviendo a dejarme allí encerrado.

Estuve otras dos horas encerrado, encadenado, amordazado y recibiendo dolor y más dolor de sus múltiples castigos que había dejado como recuerdo sobre mi cuerpo. De nuevo el tiempo se detuvo, estábamos mi dolor y yo a solas esperando el tan ansiado regreso de la señora. Su castigo se hizo eterno, en total cuatro horas lleno de dolor encerrado en el sótano con mis pensamientos. Se abrió la puerta y respiré aliviado, mi castigo había concluido.

La señora Painfully entro en el sótano agarrando una bolsa de tela con algo en su interior. Escuché el crujido de sus botas de agua avanzando hacia mí. Dejó la misteriosa bolsa de tela en el suelo y comenzó a liberarme de mi castigo. Quitó mis pinzas, el cepo y el pene de goma del interior de mi culo. Nunca antes había sentido una sensación de alivio tan inmensa. Mio castigo había concluido después de varias horas, pero estaba muy equivocado, el resto de los castigos no habían terminado.

Comprobé como la señora se había cambiado de ropa, portaba un nuevo vestido, lógicamente no iba a andar desnuda por la casa durante varias horas. Su anterior vestido se encontraba tirado en un lado del viejo sótano. Portaba un vestido negro hasta las rodillas sin mangas, dejando sus voluptuosos y carnosos brazos al descubierto. Agarró una silla de un lado del sótano y la colocó frente a mí a escasos centímetros. Se sentó y comenzó a enfundarse de nuevo sus guantes de goma gruesos largos hasta el codo. Mientras escuchaba el rechinar de la goma entrando en sus grandes brazos, dirigió su voz hacia mi:

- Es hora de comer, no soy una tirana, te prometí dos comidas diarias durante tu secuestro. – Me informó. Quedé expectante sin saber que tendría de comida. Terminó de ajustarse los guantes y agarró la bolsa de tela. De su interior sacó una lata de comida para perros. Hace años había tenido perro, conocía aquella comida, una especie de pure mezclado con trocitos pequeños de carne. Una comida a la vista del ser humano desagradable por su viscosidad y olor. Se levantó un instante y se enfundó un delantal largo de tela de una talla muy grande cubriendo su gran cuerpo para no mancharse. Volvió a sentarse en la silla. Abrió la lata de metal con la comida de perro en su interior y sacó una cuchara.

- Te voy a quitar la mordaza. Te comerás todo como un buen perro y no me harás enfadar… o bien podemos hacerlo por las malas, te aseguro que no te gustará…¡¡ de una forma o de otra vas a comer todo¡¡ - Me dijo cruelmente.

Me quitó la mordaza apretada, primero la cinta americana y luego sacó las bragas de mi boca. Respiré aliviado por la boca y por la nariz, pero poco duró. Metió la cuchara en la lata y la rellenó de la comida para perros. La acercó a mi boca. Abrí la boca obediente e introdujo la cuchara. Aquello era repugnante, apenas podía masticar y saborear, era difícil tragar aquella comida. La señora comenzó a enfadarse tras varios minutos, escupía la comida y no la tragaba.

- Ultimo aviso, traga todo, no volveré a repetírtelo – Me recriminó enfadada. La comida era difícil de digerir, tardaba mucho en tragarla, la dejaba en mi boca haciéndose una gran bola . La señora Painfully terminó de enfadarse por completo. Mi idiotez había provocado de nuevo enfadarla una vez más. Tiró la cuchara al suelo enfurecida y metió su mano enguantada en la lata rellenado sus dedos enguantados con la viscosa comida.

- No señora nooo, lo siento … No volver a hhhhhmmmmm - No pude terminar mis suplicas, me encontré su mano izquierda atenazando fuerte mi nariz, impidiendo pudiese reparar y su mano derecha repleta de comida la introdujo dentro de mi boca. Empujó con sus dedos la comida hasta el fondo sin darme opción a escupirla.

- ¡¡ Has elegido sea por las malas ¡¡. Te vas a comer todo igualmente – Continuó atenazando su nariz entre sus guantes mientras introducía comida en mi boca y me obligaba a tragar toda. Una vez tragaba introducía de nuevo sus guantes y realizaba el mismo proceso. Fue terriblemente humillante, no tuve más remedio que tragar todo, introducía sus guantes hasta el fondo de mi boca casi y tragaba y tragaba.

- ¡Veo que no aprendes, si lloriqueas será peor, duplicaré tu castigo, te lo he repetido muchas veces ¡¡. -Terminé de comer la lata de comida para perros y comenzó a abrir una nueva. Mi castigo se duplicaba una vez más, ¡¡ no aprendía¡¡, llevaba completa razón, era un estúpido esclavo desobediente

Tragué y tragué otra nueva lata sin ningún tipo de opción. Introducía sus guantes en mi boca mientas atenazaba mi nariz con su otra mano. Mientras pellizcaba mi nariz tapaba mi boca repleta de comida sin darme a opción a escupirla, debía tragar para volver a respirar. No se detuvo hasta que terminé una segunda lata de comida de perro. No me dejó opción alguna, metí sus guantes y empujaba, me tapaba la boca y esperaba a que tragase.



- Veo que no has aprendido la lección. Esta noche te daré tu segunda comida diaria. No voy a ser tan buena contigo esta vez, me has desobedecido. Te aseguro que voy a enseñarte modales y a obedecerme. Esta noche tu comida será distinta, recién salida de mi cuerpo ¿te imaginas el que ? … JAJAJA – Comenzó a reírse mirándome fijamente.

Por supuesto que intuía el que podría ser, quería que comiese sus excrementos. Aquello sería terriblemente duro. Quedé aterrado mientras observaba a la señora mirándome fijamente con su sonrisa.

- . Ya te advertí en el contrato que podría castigarte como quisiera. ¿crees que no soy capaz de hacerte tragar mi mierda ?, ¡¡lo comprobar. ¡¡ Tu decidirás si por las buenas o por las malas ¡¡ - una vez terminé de comer todo, la señora se inclinó sobre una lata vacía y comenzó a orinar dentro de ella. Me hizo beber toda su orina para digerir toda la comida. Fui humillado cruelmente, aquella señora era realmente sádica y yo un verdadero estúpido que me había burlado de ella. En la próxima comida iba a pasarlo realmente mal, sería humillado y castigado duramente.

- Muy buen perro, pero no se te ocurra volver a enfadarme – Me dijo acariciándome la cara y lanzando una seria amenaza ante mi desobediencia.

La señora se inclinó en cuclillas en el suelo frente a mí, agarró las bragas sucias que había en el suelo que habían servido de mordaza anteriormente. Se quedó mirándolas fijamente pensativa. Intenté descubrir que pensaba, pronto lo averigüé. Descubrió que sus sucias bragas ya estaban casi limpias, habían estado en mi boca muchas horas. Agarró las bragas con una mano enguantada y comenzó a frotarlas entre su culo. Contemplé que no se había colocado nueva ropa interior, mostraba su sexo completamente peludo. Restregó las bragas por su culo y ano y volvió a observarlas, ahora estaban de nuevo sucias marrones y mal olientes.

- Abre la boca – me ordenó con tono firme.

- Señora, no es necesario me amordace, no gritaré - La suplique, intentando librearme de la mordaza tan sucia y que había llevado tanto tiempo en mi boca.

- Ohhhh, claro que es necesario…. Eres una puta llorona, no paras de llorar…. Gritarías y armarías mucho ruido… y no quiero que eso ocurra, los castigos que van a llegar a continuación serán mucho más duros. Estarás calladito. - Sentenció sonriendo.

Me tapó la nariz y metió las bragas sucias dentro de mi boca. Apretó con la yema de la goma de sus dedos y las introdujo hasta el fondo. Agarró la cinta americana de nuevo y comenzó a enrollarla sobre mi boca y cabeza, gastó lo que la quedaba de cinta, no escatimó, se aseguró no pudiese escupirlas por mucho que lo intentase, se aseguró quedase bien silenciado. Degusté el sabor sucio de su mordaza de forma humillante.

- ¿Te gusta el sabor de mi caca? JAJAJAJA - - comenzó a desternillarse de risa observando mi rostro humillado.

- ¡¡ Muy pronto la vas a degustar y tragar toda ¡¡ - Me recriminó de forma sádica.

La señora Painfully me indicó que iba a marcharse de nuevo del sótano. Solo había regresado para darme mi comida de forma humillante. Me dejó una seria advertencia que aumentó mi pánico.

- No te preocupes… tendrás que realizar tus necesidades ….Esta noche regresaré , te comerás toda tu cena y después te aplicaré un enema – Se aceró hasta un cajón de un armario y me mostró una goma gruesa de goma. El tamaño del tubo de goma me produjo terror, ¿iba a introducirlo en mi culo ?. Mi respuesta fue respondida a pesar de no poder hablar y realizarla la pregunta.

- Siempre he deseado realizar un enema con esta goma tan gruesa . Va a ser realmente doloroso, te aseguro que entrará en tu culo por las buenas o por las malas, ¡¡tus decides ¡¡. Te aconsejo te relajes porque por las malas será terriblemente doloroso y si lloriqueas mantendré el enema varias horas dentro de ti. Aunque….. voy a disfrutar mucho haciéndolo de todas formas …. – La señora comenzó a reír a carcajadas, dejó la goma del enema de nuevo dentro del armario. La vieja señora observó como retorcía hacia atrás mi mirada para observarla tanto a ella como lo que había dentro de su armario. Estaba repleto de juguetes y utensilios. Pensé que a veces me leía el pensamiento, porque interpretaba todos mis actos, sabía que estaba lleno de curiosidad.



- ¿Sientes curiosidad por saber lo que hay en el armario? – Me preguntó sin yo poder contestar por la mordaza. Afirmé con la cabeza.

Comenzó a sacar objetos y mostrármelos. Sacó una fina vara metálica que desconocía que era, pronto me explico que se insertaba en mi pene, en la uretra. Comenzó a reírse.

- ¡¡ No te preocupes, ya lo probaras¡¡, estoy deseando insertártela en tu ridículo pene. Tendré mucho tiempo para disfrutar con ello, no lo dudes -. Empezaba a querer no saber que había en el armario, creo que no me gustaría todos los tipos de castigos que podría haber en su interior.

Agarró unas pesas macizas en forma de cubo de 1 kilo, me indicó que se colocaban en los testículos colgando. Su peso me causaría un fuerte dolor. Sonrió al ver mi cara de terror.



- Me encanta colocar varias colgando de los testículos y después……. – Inclinó su mirada hacia sus botas grande de lluvia de goma.

- Patear tus huevos con mis botas una y otra vez …. JAJAJA - Continuó asustándome, o quizás informándome de lo que sucedería.

Cerró el armario con sus manos enguantadas y antes de marcharse continuó hablándome.



- ¡¡No todo está dentro del armario ¡¡, ¿ves ese cubo grande al fondo del sótano? Le llenaré de agua e introduciré tu cara dentro. Me sentaré sobre ti y a ver… si puedes sacar la cara dentro del agua – Me dejó aterrorizado, no podría era realmente pesada, un cuerpo muy grande, me aplastaría dentro del agua.

La señora se encaminó hacia la puerta del sótano tras asustarme para marcharse de nuevo.

Abrió la puerta y antes de salir, se dio media vuelta. Comenzó a quitarse sus guantes de goma gruesos mientras dirigió su tono de voz perverso hacia mi:

- Tu fantasía me encanta…. Estoy disfrutando mucho.¡¡ Eres tan imbécil que firmaste un contrato donde yo elegiría la duración¡¡. Ponte cómodo si puedes.. porque va a ser muy larga tu estancia aquí. Voy a disfrutar mucho castigándote de miles de maneras y cada una más dolorosa que la anterior ….. ¿ves como si era necesaria la mordaza y las cadenas? Nadie sabe que estas aquí, ni te van a escuchar. – Se quitó los guantes y los guardó en el bolsillo de su vestido para más tarde.

- Luego volveré, estúpido ,y te daré de cenar algo muy rico como te he prometido – Dijo burlándose de mi.

Quedé aterrado, desconocía si hablaba en serio o solo era para asustarme. Mi fantasía se había convertido en una pesadilla. Menosprecié a mistress Painfully, me burlé de su edad, su físico y dudé de su carácter sádico. Ahora iba a aprender la lección. El infierno había comenzado.

Continuara…. O no…… depende si les gusta.

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FIN


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Fantasía de secuestro y castigo (3) es un relato escrito por sumisso publicado el 11-03-2023 21:04:58 y bajo licencia de Creative Commons.

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