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2 de Diciembre (23 días para Navidad)
Escrito por Pandora

Hay personas en este mundo que parece que se levantan con ánimo para comerse el mundo, con sólo una alarma ya son capaces de levantarse de la cama, pero ese no es mi caso. Necesito cortar como cinco alarmas antes de poder levantarme de la cama, y cuando por fin arrastro mi cuerpo fuera de ella, necesito como una hora de cero contacto humano para volver a ser persona.

Por fin, fui al baño a ducharme, asearme, y salir a ponerme el modelito de hoy. Había decidido ir de forma sencilla, con un vestido negro amplio y unas deportivas blancas como perlas, (me gusta demasiado la limpieza y la organización). Tras coger mi maletín, abrigo y algunas cosas más para el trabajo, fui a la cocina a preparar un desayuno (aunque nunca solía levantarme con tiempo para ello). Añadí a mi lista de tareas el café de mi Amo, ya que por las prisas con las que se movía entendí que iba algo tarde al trabajo (nada novedoso).

No somos perfectos, es más, somos personas de lo más normales. Trabajamos para pagar las facturas de nuestra casa y demás gastos como los demás, lo único que en nuestra privacidad tenemos una forma distinta de vivirla. Tomamos los cafés casi saliendo por la puerta de casa, y dejando algunas cosas sin recoger, lo que no me gusta, pero menos me gusta llegar tarde al trabajo.

La mañana en el trabajo no fue mala, con sus más y sus menos, aunque me bajó la regla (porque sí, a las sumisas también nos baja la regla, no pensemos ahora que somos personas de otro planeta a las que nunca les pasa). Menos mal que esto fue en la última parte de la mañana, pues lo paso bastante mal cuando me baja.

Llegué a casa cansada y abatida, me encontraba muy mal por la regla, por lo que sin recoger y dejando mis cositas algo al retortero, me metí en la cama con mi manta eléctrica. El dolor iba en aumento, tenia todo el estómago muy revuelto y tras escribir a mi Amo un mensaje de Whatsapp y recibir el suyo:

“Me ha venido la regla” - Perrita.
“Iré lo antes posible, descansa y no hagas nada” - Amo.

Me quedé dormida milagrosamente (ya que cuando uno duerme por lo general no siente dolor). Ya era de noche, aunque el reloj marcaba las seis y media de la tarde, me levanté de la cama para ir a la cocina a por algo que tomar, ya que me tenía que volver a tomar el ibuprofeno correspondiente para el dolor. Justo cuando estaba haciéndome un té bien caliente, entró mi Amo por la puerta de casa.

- Hola perrita, ¿cómo te encuentras? - vino a mí y me abrazó.
- Me encuentro algo mejor, pero aun así no acabo de levantar cabeza - me abandono en sus brazos-.
- Bueno, que te parece si te ayudo a abrir tu día de hoy del calendario y luego nos ponemos una película que a ti te apetezca - sonrió dulcemente -.
- Me parece bien - mientras con una pequeña sonrisa decía lo demás -.

Me acerqué al calendario que me había regalado, mientras él extendía por el suelo del salón mantas y cojines para ver cómodamente la película. Abrí la puertecita de cartón y no me podía creer lo que veía dentro, ¿pero es que este hombre era adivino? Dentro había chocolate, cocacola y mi helado favorito, además de un ticket válido por alguna comida que me apeteciese comer.

Cogí las cosas y con una gran sonrisa fui hacia él, me hacía mucha ilusión que también estuviera pendiente de ese tipo de detalles que para mí eran tan importantes, como por ejemplo lo mal que lo paso los días de regla.

- ¿Te gusta tu regalito de hoy? ¿Necesitas algo más? -sonreía como un niño que sabía que había dado en el blanco -.
- No, lo único que necesito es a ti, ¿cómo sabías que me vendría hoy? -mi cara era de sorpresa total -.
- Porque sé muchas cosas y me fijo en todo, además de que me preocupo por ti en todos los aspectos nena - no dejaba de sonreír -.

Fue a la cocina a por un par de cucharas para el helado y unos vasos para la cocacola. Yo todavía no podía creerme que aquel hombre hubiera acertado, y más que fuera tan considerado. Nos pusimos en las mantas y puse Mary Poppins, que muchos pensarán que ya no es una película de ahora o de mayores, pero a mí me gusta y tranquiliza. Comimos, nos abrazamos, y cuando acabó la película nos fuimos a dormir.

También tenemos que naturalizar estas cosas, no todo siempre son azotes, sino que también hay que comprender la otra parte de la persona, comprender las distintas caras.


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2 de Diciembre (23 días para Navidad) es un relato escrito por Pandora publicado el 03-12-2021 17:50:12 y bajo licencia de Creative Commons.

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